Conoce el caso del trasplante multiorgánico realziado en Red Dávila
y el trabajo en equipo y coordinación que hubo detrás
El pasado jueves 26 de septiembre se realizó un trasplante multiorgánico en Clínica Dávila, una intervención compleja que involucró a una red de profesionales trabajando de manera coordinada entre distintos centros de salud. Margarita, jefa de enfermería del equipo de trasplante, relata cómo se desarrolló este proceso y la importancia del trabajo en equipo para garantizar el éxito de la operación.
Incertidumbre a la espera
“El procuramiento se realizó en nuestra clínica hermana, Clínica Vespucio, donde mantuvieron al donante con vida hasta que pudimos extraer los órganos”, cuenta Margarita. Se trataba de un donante multiorgánico, cuyos órganos se distribuyeron a distintos centros; por ejemplo, el hígado fue enviado a otro hospital. «Nosotros fuimos los responsables del trasplante del corazón y del riñón», añade.
Lo que hace aún más especial esta historia es que una de las receptoras del corazón se encontraba en una situación crítica, conectada a una máquina ECMO que sustituía temporalmente la función de su corazón. «Estaba en lista de espera y, ante la incertidumbre de encontrar un donante a tiempo, ella decidió casarse aquí en la clínica. Fue un momento muy emotivo, ya que todos sabíamos que había incertidumbre sobre su futuro», relata Margarita. Sin embargo, la espera dio frutos: «Logramos realizar el trasplante, y aunque la recuperación es lenta, está evolucionando bien”.
Coordinación en red
Margarita subraya que el trasplante fue posible gracias a la colaboración entre clínicas y al esfuerzo conjunto de múltiples profesionales. «La gente no siempre se da cuenta de todo el trabajo que hay detrás de un trasplante. Desde mantener al donante en condiciones óptimas, hasta coordinar la logística para que el corazón llegue a tiempo», explica. La operación fue compleja, ya que el corazón solo tiene cuatro horas para ser trasplantado antes de dejar de ser viable, lo que requiere una coordinación precisa entre los equipos médicos.
El equipo de trasplante también realizó un trasplante de riñón con otro órgano del mismo donante. “Es fundamental que se trabaje en red para estos procedimientos, ya que cada miembro del equipo juega un rol esencial en asegurar que los órganos lleguen en las mejores condiciones a sus receptores”, añade Margarita.
Finalmente, destaca el impacto positivo de este trabajo en red, no solo en los pacientes, sino también en los equipos médicos involucrados. «Cuando los equipos de procuramiento ven los frutos de su esfuerzo, como en este caso, se sensibilizan aún más con su trabajo. Es una motivación adicional saber que su dedicación ha salvado vidas», concluye.
La historia de estos pacientes, especialmente la de la receptora del corazón, es un ejemplo del impacto que tiene el trabajo conjunto y la solidaridad en la medicina, y nos recuerda la importancia de la donación de órganos para salvar vidas.