Es normal que en los primeros días de septiembre comiencen las típicas alergias estacionales en niños y adultos. Conoce aquí sus principales causas y qué hacer para prevenirlas.

La llegada de la primavera trae consigo múltiples características; mejora el clima, se disipa la contaminación, entramos en la parte final del año y llegan las indeseadas alergias, estas últimas afectan de sobremanera a gente con predisposición especial mediada genéticamente y se pueden manifestar de diversas formas, las más frecuentes son: tos, congestión, picazón ocular y nasal.

¿Por qué ocurre este cambio en el ambiente?

Una vez terminada la fase más cruda del invierno, la que conlleva temperaturas bajo cero e intensas lluvias, comienza el proceso anual de polinización de árboles y flores, el cual ataca directamente el sistema respiratorio de las personas.

¿Qué hacer para prevenir una fuerte reacción alérgica?

Algunas recomendaciones de Emilio Feres, médico Broncopulmonar de Clínica Dávila, hablan de usar antihistamínicos y corticoides para aliviar molestias como congestión nasal y comezón, no obstante, su uso debe estar controlado e indicado por un profesional. Además, explica que la prevención es muy importante en los casos que la persona manifieste fuertes reacciones alérgicas, por lo que aconseja asistir a su especialista días previos a la llegada de la primavera.

Otros datos útiles son: ventilar el hogar al mediodía y no hacerlo en horas de alta polinización (amanecer y atardecer), usar gafas para prevenir la irritación ocular, salir con mascarilla si la congestión es extrema, viajar en auto con las ventadas cerradas y no concurrir a lugares con exceso de zonas verdes para evitar el contacto con el pasto y distintos tipos de pólenes.

Diferencias entre una alergia y resfriado

Es común que los síntomas de la alergia se confundan con los del resfriado; tos, estornudos, irritación de la garganta y congestión nasal. Sin embargo, es posible separarlos y distinguirlos.

En el caso del resfriado, los síntomas perduran más que los de la alergia y no son tan repentinos.

Una característica usual de ambos escenarios es la mucosidad. Cuando se trata de las alergias, se presenta de manera más líquida y transparente, mientras que en el resfriado tiende a ser más espeso y de color.

Además, es clave fijarse en los síntomas más típicos de la gripe como el decaimiento, el dolor de cuerpo y la fiebre, no así el caso de las alergias, ya que se centra más en temas que afectan al sistema respiratorio, sin presentar infección.

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