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Sebastián Albornoz, paciente de cirugía bariátrica:
«Todo el equipo ha sido excelente, muy preocupados y siempre dispuestos a ayudar»
La obesidad es un problema de salud pública en Chile. Según la última Encuesta Nacional de Salud, más del 30% de la población adulta padece obesidad, una condición que no solo afecta la calidad de vida, sino que también está asociada a enfermedades como hipertensión, diabetes tipo 2 y problemas articulares. Frente a esta realidad, la cirugía bariátrica se ha convertido en una alternativa efectiva para quienes no han logrado resultados con otros tratamientos.
Sebastián Albornoz tenía 33 años cuando decidió que era momento de tomar acción sobre su salud. Con un diagnóstico de obesidad mórbida e hipertensión arterial, sabía que debía hacer un cambio radical. “Decidí operarme por un tema de salud y también por trabajo”, cuenta Sebastián, quien hace un año se sometió a un bypass gástrico en Clínica Dávila Vespucio.
Hoy, 12 meses después, su vida ha cambiado por completo. Su peso pasó de 133 kg a 75 kg, ya no sufre de hipertensión y las dolencias en su espalda y rodillas han desaparecido. “Me siento bien, mucho más cómodo. Ahora puedo realizar actividades que antes me costaban mucho”, relata.
El camino hacia la cirugía: Un proceso ordenado y acompañado
Antes de llegar a Clínica Dávila Vespucio, Sebastián había considerado operarse en otro lugar, pero la falta de organización lo hizo buscar otra alternativa. “El proceso fue muy desordenado, así que finalmente opté por esta clínica por su buena reputación”, explica.
La preparación para la cirugía incluyó una serie de evaluaciones médicas con nutricionistas, kinesiólogos y cardiólogos. Además, recibió apoyo psicológico para enfrentar los cambios que la intervención implicaba. “Al principio tenía miedo, sobre todo por la anestesia, pero con el apoyo del equipo médico fue más llevadero”, admite.
Sebastián destaca la atención y el acompañamiento que recibió de su cirujano tratante. “El doctor Marco Rioseco es un excelente profesional y una gran persona. Siempre responde cualquier duda y está presente en todo el proceso. Todo el equipo ha sido muy atento y preocupado”, afirma.
Los primeros meses y la adaptación a una nueva vida
La recuperación postoperatoria fue rápida, aunque adaptarse a la nueva alimentación no fue sencillo. “Antes comía porciones muy grandes y reducirlas drásticamente fue un cambio fuerte. En los primeros meses la pérdida de peso fue rápida, después se hizo más lenta, pero constante”, cuenta Sebastián.
El impacto en su día a día ha sido evidente, tanto en su salud como en su vida personal y profesional. “Uno de los cambios más grandes ha sido la ropa. Pasé de usar talla 4XL a M. Mi familia me ha apoyado mucho, aunque a veces me molestan por lo distinto que me veo”, dice entre risas.
Laboralmente, la operación también marcó un antes y un después. Como ingeniero en prevención de riesgos, hoy trabaja como inspector de calidad en una empresa de alimentos y ha logrado estabilidad económica. “Desde la operación me ha ido muy bien en el trabajo”, comenta.
Un cambio para toda la vida
El Dr. Marco Rioseco, cirujano digestivo y bariátrico de Clínica Dávila Vespucio, recalca que la cirugía bariátrica es solo una parte del proceso. “Requiere una preparación psicológica adecuada, una educación nutricional y una disposición que les permita empezar a disfrutar la vida de una manera distinta, con deporte y alimentación saludable”, señala.
Para Sebastián, el esfuerzo ha valido la pena. “Que no tengan miedo. A largo plazo, los resultados son muy positivos si siguen todas las indicaciones médicas. Es una decisión que cambia la vida para mejor”, aconseja a quienes están considerando esta opción.
En Red Dávila, la cirugía bariátrica se realiza con un enfoque integral, asegurando la mejor preparación y seguimiento para los pacientes. La experiencia y el compromiso del equipo médico han hecho posible casos exitosos como el de Sebastián, quien hoy disfruta de una vida más sana y plena.