Después de sus controles anuales, en los que incluía una mamografía y ecografía mamaria, Carolina Ruiz Tagle fue alertada de un bulto que no tenía buen pronóstico. Tras la biopsia, el resultado arrojó un incipiente cáncer de mamá, por lo que, recomendada por el médico tratante, acudió a su Isapre para activar el convenio GES.
Así, a mediados de 2017, Carolina fue derivada a Clínica Dávila, donde fue atendida por la Dra. Marcela Amar, cirujana de mama y coordinadora de esta unidad. Carolina asegura: “Ella fue mi partner, me apoyó siempre. Me contestó todas las preguntas, me solucionó todos mis problemas. Me ayudó a tirar para adelante y fue una persona demasiado amorosa y amable conmigo, me entregó cariño en un minuto que lo necesitaba mucho. Ella es top, es un 7 en todos los sentidos”.
El diagnostico fue justo a tiempo para poder realizar una intervención exitosa sin que el cáncer se extendiera de forma peligrosa a otros órganos. Así, en un lapso de una semana, fue operada dos veces, primero fue sometida a una mastectomía parcial para remover el tumor maligno y después a otra cirugía para dejar los márgenes libres y estudiar el ganglio centinela, para despejar cualquier sospecha.
La Dra. Amar se refirió a la recuperación y tratamiento de Carolina:
“Después de la operación se hizo sesiones de radioterapia, acompañado de un medicamento. Su tumor era bien pequeño, no tenía ganglios comprometidos, por lo tanto, suspendimos la hormonoterapia al completar 5 años. Ahora tiene sus controles habituales una vez al año como cualquier mujer, con mamografía y eco mamaria, para detectar en forma temprana si es que llegase a aparecer algún otro nódulo”, explica la doctora.
Experiencia en Clínica Dávila
Carolina recuerda: “Llegué y me hicieron chequeos para descartar algo en otras partes del cuerpo. Pasé por muchos escáneres y resonancias y todas las personas fueron siempre amables, delicadas, brindando una buena acogida. Cuando me operé fue igual, partiendo por el anestesista que me recibió en el pabellón, me explicaron todo el procedimiento, me calmaron porque estaba súper asustada, no sabía a lo que iba. En eso destacan, en la parte humana. Hasta el día de hoy sigo bien, siempre agradecida de haber caído en las manos de la Dra. Amar y la Clínica Dávila”.
La clave de que hoy Carolina esté disfrutando de su familia fue la detección a tiempo, a través de la realización de controles todos los años y sin dejarlos pasar. “Hay que ser matea y rigurosa porque el cáncer es muy traicionero, no hay que dejar pasar los exámenes o te puedes encontrar con una sorpresa” finaliza.
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