Allison Pacheco: «Gracias al equipo médico y a mi donante, pude ser mamá»

Allison Pacheco recibió un trasplante de hígado hace más de 10 años y hoy pudo ser madre gracias al éxito de su tratamiento. 

Debido a una hepatitis autoinmune que derivó a una falla hepática fulminante, Allison enfrentó una de las pruebas más difíciles de su vida cuando necesitó un trasplante de hígado. Sin embargo, su historia no termina ahí. Años después de recibir el trasplante, logró cumplir uno de sus sueños más grandes: convertirse en madre. 

 El recorrido de Allison hacia el trasplante fue arduo y lleno de incertidumbre. De forma muy rápida, comenzó a sentirse mal y se realizó diversos exámenes para dar con un diagnóstico.  

La última opción era una biopsia hepática transyugular, la cual podía realizarse en Clínica Dávila, y que debía ser realizada de forma extremadamente cuidadosa debido a los riesgos asociados a sus niveles de coagulación. Allison fue diagnosticada y puesta en la lista de espera para un trasplante. «Mis papás dicen que el deterioro fue muy rápido», comenta, reflejando la gravedad de su condición. 

 El Dr. Sergio Álvarez, cirujano del Programa de Trasplantes de Clínica Dávila, explica que el caso de Allison fue especialmente crítico debido a la falla hepática fulminante que sufrió, una condición que requería una respuesta rápida y efectiva. «Ella estaba con compromiso de conciencia bastante intenso y severo. A raíz de la falla renal de esta patología se comprometieron otros órganos, necesitaba una atención muy rápida». 

Debido a la gravedad de su situación, Allison llegó a ser número uno de prioridad nacional para un trasplante hepático que finalmente fue exitoso. Destaca el increíble apoyo del equipo médico que la asistió durante todo el proceso. «Fueron un 7, porque nos orientaron y acompañaron siempre, cualquier duda que teníamos nos ayudaban a resolverla, desde los médicos, pasando por las enfermeras y TENS, todos estuvieron comprometidos al 100% con mi recuperación”.  

La adaptación tras el trasplante no fue fácil para ella, ya que requirió un régimen muy ordenado y disciplinado de medicamentos, algunos de por vida, y controles, además de seguir las indicaciones rigurosamente.  

El desafío de la maternidad 

 A pesar de las dificultades y las advertencias médicas sobre la posibilidad de tener hijos debido a los inmunosupresores, Allison no perdió la esperanza. Los médicos le habían dicho que si algún día quería ser mamá, tendría que ser un embarazo programado y cuidadosamente monitoreado. 

«Intentamos varias veces, siguiendo siempre las recomendaciones de los doctores, pero no resultaba. Me había hecho la idea de que una vida sin hijos, y cuando nos olvidamos, llegó», dice con alegría. La llegada de su hija transformó su vida, «ahora no me imagino la vida sin ella». 

El Dr. Álvarez también resalta los cuidados específicos que se tomaron para asegurar un embarazo exitoso. «La probabilidad de un embarazo en paciente trasplantada no es muy alta. Por esto, lo vital fue la modificación en la terapia inmunosupresora para terminar llevando a cabo el proceso sin ningún inconveniente. El trasplante permite llegar a una condición de vida prácticamente normal, y en este caso, la paciente pudo ser mamá y vivir una maternidad óptima”. 

Un mensaje de esperanza 

Ella reflexiona sobre su caso “Es comprensible que las familias sientan inseguridad al donar los órganos de sus seres queridos, pero la frase «donar un órgano es donar vida» es completamente cierta. Ser madre trasplantada quizás no sea un camino fácil, pero apóyense en sus médicos, confíen”, señala Allison.