Existen múltiples definiciones para el síndrome metabólico, pero en términos generales, se puede referir como un conjunto de factores de riesgo cardiovascular que se caracteriza por:

  • Mayor acumulación de grasa a nivel abdominal.
  • Resistencia a la acción de la insulina.
  • Colesterol HDL bajo.
  • Triglicéridos altos.
  • Hipertensión arterial.
  • Estado pro inflamatorio y pro coagulante.

La pediatra Mariana Hevia de Clínica Dávila explica que “el síndrome metabólico se observa en algunos niños y adolescentes por predisposición genética, dieta inadecuada y/o falta de actividad física. El resultado final es un aumento en el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, renales o Diabetes Mellitus de tipo 2, por lo que debe ser diagnosticado oportunamente”. Aún no se conoce con precisión la causa que lo provoca.

Esta enfermedad se percibe principalmente en personas obesas, especialmente en aquellos con obesidad de tipo abdominal. Esto significa que tienen el fenotipo ahorrador y presentan un estado inflamatorio que los predispone a padecer de aterogénesis (depósito e infiltración de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias), condición que llevará finalmente a daño miocárdico y renal.

Además, experimentan resistencia a la acción de la insulina (hormona que regula la glicemia), lo que es seguido por una hiperinsulinemia compensatoria, que llevará a futuro a la resistencia de insulina y diabetes.

Cómo diagnosticarlo

Cuando un niño tiene obesidad o perímetro de cintura aumentado, acantosis (metabolismo alterado de la piel) o antecedentes familiares de diabetes, hipertensión o dislipidemia (elevación anormal de la concentración de grasas en la sangre), se debe sospechar la existencia del síndrome metabólico.

“Esta afección no produce síntomas, sino más bien, va de la mano con la obesidad, la hipertensión y resistencia a la insulina. Asimismo, si el paciente presenta al menos tres de las siguientes características: mayor acumulación de grasa a nivel abdominal, resistencia a la acción de la insulina, colesterol HDL bajo, triglicéridos alto e hipertensión arterial; se debe intuir que padece de esta condición”, expone la doctora Hevia.

Para diagnosticar correctamente el síndrome metabólico, el médico solicitará un perfil lipídico después de 9 a 12 horas de ayuno, que incluirá:

  • Colesterol total (CT).
  • Colesterol HDL.
  • Triglicéridos (TG).
  • Colesterol LDL (LDL calculado según fórmula: CT-(HDL+TG/5).
  • Además de glicemia e insulina basal.

Es importante reconocer y diagnosticar debidamente el síndrome metabólico en niños para evitar un adulto con complicaciones como: patología cardiovascular (mayor riesgo de infarto al miocardio y accidente vascular cerebral), insulinorresistencia (que incidirá en Diabetes tipo 2), cirrosis por infiltración de grasa del hígado, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica.

En algunas mujeres se asocia a ovario poliquístico.

Tratamiento

El tratamiento contra el síndrome metabólico está compuesto por varias aristas:

  1. Evaluación precoz y multidisciplinaria, constituida por: pediatra, nutriólogo pediátrico, nutricionista, psicólogo, endocrinólogo y preparador físico. Esto permite al paciente acceder a programas de educación relacionados a la salud y a una derivación oportuna.
  2. Modificación de los estilos de vida, que abarca: dieta saludable baja en calorías y en contenido graso, actividad física en forma regular y evitar el exceso de peso.
  3. Tratamiento de patologías concomitantes como la hipertensión arterial, la alteración en los lípidos y la resistencia a la insulina.

Consejos de prevención

  1. Evitar: obesidad en los padres, sobrepeso u obesidad materna pregestacional, gestacional y/o ganancia excesiva de peso durante el embarazo.
  2. Evitar macrosomía del recién nacido (peso mayor a 4 kg).
  3. Estimular lactancia materna exclusiva por seis meses).
  4. Prevenir y tratar diabetes gestacional.
  5. No fumar durante el embarazo.
  6. Evitar desnutrición materna.
  7. Evitar obesidad durante la niñez.
  8. Identificar grupos de riesgo (prematuros, aumento de peso acelerado, etc.).
  9. Favorecer el deporte y la comida saludable.
  10. Evitar comida chatarra.
  11. Comer pescado.
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