Según datos del Ministerio de Salud, en las últimas dos décadas se ha observado un aumento significativo de nacimientos prematuros en Chile, lo que se refleja en un incremento de un 32% entre 1991 y el 2016. Así, se estima que al año nacen precozmente casi 19.000 niños en nuestro país, que significa alrededor del 8% del total de los nacidos vivos.

Frente a esta realidad, cobra especial importancia el seguimiento del prematuro, programa de salud que consiste en la atención especializada y multidisciplinaria, dirigida a recién nacidos con riesgo de desarrollo futuro, que cubre a aquellos que nacen con un peso menor a 1.500 gramos y con menos de 32 semanas de edad gestacional.

En Clínica Dávila, el programa es encabezado por la neonatóloga Elisa Jiménez, quien destaca esta iniciativa, que comenzó a funcionar en 2016, consolidándose en 2017.

“Esto no es muy diferente a otros países de occidente pues, a pesar de los avances en medicina, la cantidad porcentual de prematuros no desciende y ellos son una de las causas más importantes de mortalidad infantil.  El hacer seguimiento de prematuros una vez que ya se ha superado la primera etapa de hospitalización y se han ido a sus casas, es muy importante, porque son niños y niñas que pueden tener mayor riesgo de presentar alteraciones del desarrollo, sobrevivencia y morbilidad futura (cantidad de personas que enferman en un lugar y tiempo determinado, en relación con el total de la población)”, explica la doctora Jiménez.

La evaluación se realiza según un calendario pre establecido y contempla la atención de un equipo integrado por neurólogos, fisiatras, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, otorrinolaringólogos especialistas en sordera, oftalmólogos especialistas en retina del prematuro y estrabismo, nutriólogos infantiles y pediatras neonatólogos. La evaluación por especialistas como broncopulmonar y otros, se indica según la necesidad individual de cada paciente.

“Todos estos especialistas trabajan y forman parte de Clínica Dávila y cuentan con una vasta experiencia en evaluar y rehabilitar niños que han nacido prematuros”, aclara la especialista. “La fortaleza de nuestro equipo es que es muy completo, se está consolidando para incluso analizar y planificar la terapia de los pacientes en conjunto”, agrega.

Este equipo evalúa al paciente en forma global, en todas sus áreas del desarrollo, con el fin de acompañar y apoyar a su familia para que el niño o niña alcance su máximo potencial de crecimiento y desarrollo tanto físico, neurosensorial y emocional.

Durante 2017 nacieron 93 prematuros menores de 32 semanas de gestación, de los cuales 46 pesaron menos de 1.500 gramos. “Todos catalogan como prematuros extremos y necesitan de un seguimiento especial; ese es el apoyo que nosotros ofrecemos a los padres en nuestra clínica”, cuenta la profesional.

“Lamentablemente, por múltiples motivos, no todos ingresan a nuestro programa de seguimiento de prematuros. Sin embargo, lo más importante es que cuando se van a su casa, los padres que estuvieron con sus hijos hospitalizados reciben información y educación, saben que son niños que deben tener seguimiento especial como prematuros extremos”, finaliza la doctora Jiménez.

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