Las cataratas son una patología ocular muy frecuente y la principal causa de ceguera reversible en el mundo.

Se produce cuando el cristalino, que es el lente natural del ojo, comienza un proceso degenerativo y se vuelve opaco. Así, la persona con cataratas ve las cosas como si tuviera por delante un vidrio sucio o empañado.

Si bien en un principio los síntomas son casi imperceptibles, a medida que avanza esta enfermedad, va afectando la visión de manera importante.

El doctor Luis Sotelo, oftalmólogo de Clínica Dávila, explica que, si no se trata, la catarata puede llegar a disminuir mucho la calidad de vida de un paciente. “Si el paciente no se quiere operar, va a reducir su visión y hasta puede quedar ciego de una causa que es reversible”, puntualiza. Y por ello, ante la presencia de los primeros síntomas, es necesario acudir al médico para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento a seguir.

El doctor Sotelo es enfático en explicar lo peligroso que puede ser la automedicación. “No existen gotas para las cataratas, no existe ninguna pastilla que las solucione ni medicamento mágico que las cure o prevenga, mucho menos algún tratamiento casero. Todos los estudios demuestran que no sirven. El único procedimiento efectivo y demostrado es el quirúrgico, que debe ser indicado por el oftalmólogo después de la evaluación del paciente”, aclara.

En qué consiste la cirugía de cataratas

La cirugía de cataratas se llama facoemulsificación o facoéresis, y consiste en una intervención quirúrgica ambulatoria, donde se retira el cristalino a través de un instrumento denominado facoemulsificador y se instala dentro del ojo un lente intraocular, generalmente monofocal, que reemplaza la función del cristalino. “Por eso, antes de la cirugía hay que evaluar bien cuáles son las medidas del ojo y hay que evaluar bien cuánto es el poder del lente que vamos a instalar en el ojo del paciente”, cuenta el doctor Sotelo.

La facoéresis es una cirugía electiva, es decir, que no es de emergencia y puede ser programada.  Presenta muy bajo riesgo y es de corto tiempo quirúrgico; de hecho, el paciente suele permanecer un máximo de una hora desde que entra hasta que sale de pabellón.

Es efectiva en el 95% de los casos y mejora mucho la calidad de vida de los pacientes. “El post operatorio es casi mágico. A los 3 o 4 días, si la cirugía si no ha sufrido ninguna complicación, ya los pacientes empiezan a ver el cambio en forma inmediata y están duplicando o triplicando la visión previa a la cirugía. Y a las dos semanas el paciente está muy bien, con una buena calidad de vida y ya logrando su agudeza visual máxima para el ojo que está operado”, destaca el doctor Sotelo.

El post operatorio es muy sencillo, sin dolor y con indicación de cuidados muy básicos. “Generalmente recomendamos reposo relativo por dos semanas y el uso de un protector ocular para que el paciente no altere la cirugía. También usamos antibióticos en gotas cada dos a tres horas, y según como fue la cirugía, uno indica un antiinflamatorio o un corticoide. Se controla al día siguiente, luego a la semana y después al mes”, señala el especialista.

Por lo anterior, el doctor subraya que “los remedios caseros no están indicados. Todo lo que se ve en internet desde papas crudas, pimienta o gotas, en vez de ayudar, van a complicar al paciente. Lo que nosotros queremos es que no se infecte el ojo, y para eso tienen que cumplir las indicaciones que damos los oftalmólogos. Todo el extra que haga el paciente aumenta el riesgo de una conjuntivitis alérgica o una conjuntivitis bacteriana, que deriva en complicaciones”.

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