El pie bot, también conocido como pie zambo o equinovaro, es una deformidad de los pies con la que nacen algunos niños.

Según el doctor Gastón Terrazas, especialista en pie bot y traumatólogo infantil de Clínica Dávila, la patología tiene cuatro componentes principales que son el equino y varo del talón, y el aducto y cavo del antepié, los que generan que el pie esté girado hacia adentro.

Desafortunadamente, las causas de esta patología son desconocidas por los especialistas y sólo en un 30% de los casos, se puede identificar previamente en las ecografías desde la semana 26 de embarazo. El resto de las madres se enteran al momento del parto.

El especialista aclara que casi en la mitad de los casos se presenta de forma bilateral, es decir en ambos pies, y de la otra mitad, se presenta más en el pie derecho que el izquierdo.

Diagnóstico y tratamiento para el pie bot

El doctor Terrazas explica que el pie bot es bastante evidente, por lo que para el diagnóstico sólo se realiza a través de la historia del paciente y con examen físico. No obstante, una vez realizado el diagnóstico, se solicita una ecografía de columna para descartar que exista algún problema a nivel de la médula, y una radiografía pélvica para revisar si el menor tiene además displasia de cadera.

Las técnicas de tratamiento se han ido perfeccionando con el tiempo, antes se realizaba una cirugía muy compleja que en ocasiones requerían de una segunda o tercera intervención para terminar la corrección, dejando al niño con los pies rígidos y adoloridos, además de potenciar una artrosis temprana, explica el experto.

Lo anterior porque el cirujano a cargo tenía que abrir todo el pie y sus articulaciones para poder corregirlo. De esta forma el pie quedaba mejorado, pero fijado con alambres, lo que la convertía en una cirugía muy agresiva.

Sin embargo, actualmente en Clínica Dávila se realiza otro tipo de tratamiento a los niños que nacen con pie zambo. Se trata del Método Ponseti.

El Método Ponseti consta en colocar yesos que se cambian semanalmente, en todo el pie y pierna del recién nacido, dejando sólo los dedos fuera.

Dicho procedimiento se realiza idealmente durante los primeros 15 días de vida del menor y entre el cuarto y el sexto yeso los pies debieran estar corregidos, es decir, entre un mes y un mes y medio después, sus pies debieran estar listos, dice el traumatólogo.

Una vez que los pies están listos, es necesario realizar un pequeño corte al tendón de Aquiles, para impedir que vuelva a su forma inicial. Una vez cortado el tendón, es fundamental que la madre le ponga un par de zapatos especiales a su hijo, que unen ambos pies a través de una barra, para mantener la corrección. Inicialmente, el niño deberá utilizarlos durante las 24 horas del día y paulatinamente se les irán retirando, de forma que a los dos años se los ponen sólo de noche hasta que cumplen cinco.

Cuidados en casa

La madre debe tener cuidados básicos con los yesos, como no mojarlos, no sacarlos en casa y vigilar cualquier tipo de reacción de su hijo como llantos que parezcan injustificados. Además tendrá que revisar el color de sus dedos, si estos se llegan a poner morados, muy oscuros o se hinchan, es necesario que llame a su médico para que le dé indicaciones adecuadas de qué hacer.

Además, una vez que el niño está con los zapatos puestos, la mamá deberá realizarle una serie de masajes enseñados por el doctor.

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