Las alergias, sus causas, tratamientos y distintas manifestaciones, en especial las rinitis, fueron el tema central de un nuevo Dávila en Vivo, conversación en directo vía Facebook donde se aclaran las principales consultas enviadas por los pacientes a través de las redes sociales. En esta oportunidad se contó con la participación de la doctora María Loreto Burnier, inmunóloga, y la tecnóloga médica Patricia Gutiérrez, ambas especialistas de Clínica Dávila.

Al inicio, la doctora Burnier explicó que las alergias son una respuesta anormal y exagerada del sistema inmunológico donde se producen anticuerpos, que son denominados del tipo IgE. “Estos se depositan en las células que producen realmente la alergia, que se llaman mastocitos. Entonces, cuando llega cualquier alérgeno, ya sea un polen en la rinitis, o la leche o el maní en las alergias alimentarias, o los pólenes también en el asma, llega esta molécula y se pone dentro del IgE, y se activa el mastocito, que libera las hormonas de alergia, que son principalmente la histamina y la triptasa. Así, esta alergia va a tener diferentes expresiones en relación a los diferentes lugares de acción o donde esté el polen o la célula en sí”, indicó.

En relación a la rinitis, expresó que existen varios tipos, entre las que se cuentan las rinitis alérgicas propiamente tales; otras, que son inducidas por alimentos como el ají; las con causa vasomotora, producida por el frío, entre otras. “Cuando una persona despierta congestionada, uno piensa en rinitis alérgica por ácaros, pero además hay que ver otros signos de alergia, como si pica, si hay más congestión, si se ha perdido el olfato y si la secreción es transparente, que es muy clásica”, aclaró. Además, se debe considerar en qué épocas del año hay más o menos el alérgeno en sí, si está expuesto a una mascota, si disminuye cuando no se está en la casa o al exterior, entre otros factores. Por eso, la recomendación es realizarse un test cutáneo para determinar cuál es la verdadera relación.

Para diferenciar alergia de resfrío, un factor importante es la temporalidad y estacionalidad, que sean repetitivos. Los alérgenos raramente duran una semana o diez días, que es lo normal que dure un cuadro de resfrío. Una persona resfriada puede estar congestionada, con la nariz roja, con algo de malestar por unos 10 días. En cambio, si ya lleva dos años congestionada durante todo el invierno, probablemente tenga una alergia de invierno, con alérgenos como hongos o ácaros. Otro dato es que las alergias siempre tienen un desencadenante que lo hace más severo en algún momento, debido a la concentración de los factores ambientales, a diferencia de los resfríos que suelen presentarse durante todo el día.

Además, la rinitis de la alergia se presenta con un moco claro, líquido -no verde, como en el resfrío- y la congestión ataca más bien la mucosa nasal y cuesta respirar. “La palabra clave aquí también es la picazón. Generalmente las rinitis alérgicas pican en nariz, ojos, orejas por dentro, garganta”, contó.

Diagnóstico de alergias

Según las especialistas, la forma más concluyente para hacer un diagnóstico de alergia es con una contraprueba o un test de provocación, que consiste en exponer directamente al paciente al alérgeno y ver su reacción. “Sin embargo, muchas veces es difícil o riesgoso, entonces uno asume que con una buena clínica y un test cutáneo o estudio concordante se hace el diagnóstico”, contaron.

El examen más común que se aplica es el test cutáneo, que tiene una duración promedio de 15 a 20 minutos. Patricia Gutiérrez explicó que para realizar este estudio se ponen gotitas de los alérgenos que se van a testear en el brazo y luego, con una lanceta que tiene la punta estandarizada, se introduce el alérgeno en la piel. Se esperan unos 15 minutos y se hace la lectura de si reacciona o no.

En cambio, el test de parche evalúa la parte retardada del sistema inmunológico. “Yo te pongo un parche ahora y tengo que verte en dos días más. Y de ahí, en dos días más de nuevo, y recién ahí se termina el examen, nos vemos casi una semana completa con el paciente”, contó.

Tratamiento y pronóstico de las alergias

Durante la conversación se explicó que las alergias en general son un gran abanico y es así como cada manifestación de alergia tiene su principal tratamiento asociado. Por eso, hay algunas que se pueden curar. Por ejemplo, para la rinitis alérgica, el tratamiento general es con corticoides intranasales y con antialérgicos si es que pica mucho, y de ahí, según los resultados de los test cutáneos, se puede ofrecer la inmunoterapia. Este último tratamiento consiste en inyecciones mensuales, durante tres a cinco años, con una concentración estandarizada del alérgeno puntual, (como ácaro, pasto, etc.). Esto modifica el tipo de respuesta alérgica y tiene una efectividad curativa de entre un 60 y 80%, mientras que el resto necesitará dosis menores de antihistamínico o de corticoides.

Hay otras alergias que pasan con el tiempo como son las alergias alimentarias en los niños, que muchas veces duran seis a ocho meses y al año de vida ya pueden consumir leche o soya, etc.

Calidad de vida

Las expertas destacaron la importancia de tratar las alergias, principalmente por la mejora en la calidad de vida del paciente. “El hecho de estar congestionado toda la noche y tener tos, por ejemplo, produce microdespertares que, si bien no son suficientemente fuertes para despertarlo, impiden que se alcance etapas profundas de sueño (REM), lo que afecta la duración y calidad del sueño”, contaron.

Incluso refirieron estudios que demostrarían una significativa disminución en el rendimiento escolar en niños con una rinitis alérgica mal tratada. “Son, además, niños más hiperactivos en el colegio, que tienen menos atención, que son un poquito más irritables, porque están agotados, porque tienen un mal sueño. Y eso en adultos también sucede”, contaron. “Se estima que presentar una rinitis alérgica no tratada equivale a estar con 0,5 grados de alcohol en la sangre”, expresaron.

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