Una luxación es una separación de dos huesos en el lugar donde se encuentran, es decir,  en una articulación. Esta lesión es dolorosa y deforma, temporalmente, e inmoviliza la articulación.

Según el doctor Juan Manuel Salas, traumatólogo de Clínica Dávila, el tratamiento de la luxación depende del sitio y de la gravedad de la lesión. Podría comprender lo siguiente:

  • Reducción. Es posible que tu médico intente maniobras suaves para ayudar a que los huesos vuelvan a su posición. Dependiendo de cuánto dolor e inflamación haya, es posible que necesites anestesia local o, incluso general, antes de la manipulación de los huesos.
  • Inmovilización. Después de que los huesos hayan vuelto a su posición, es posible que tu médico inmovilice la articulación con una férula o cabestrillo por varias semanas. El tiempo por el que debas llevar la férula o el cabestrillo dependerá de la articulación en cuestión y de la extensión del daño a los nervios, a los vasos sanguíneos y a los tejidos de soporte.
  • Cirugía. Es posible que necesites cirugía si tu médico no puede mover los huesos dislocados a su posición correcta o si se dañaron los vasos sanguíneos, nervios o ligamentos cercanos. La cirugía también puede ser necesaria si has tenido dislocaciones recurrentes, en especial en el caso del hombro.
  • Rehabilitación. Después de que te hayan retirado la férula o el cabestrillo, comenzarás un programa de rehabilitación gradual que tiene como fin recuperar la amplitud de movimiento y la fuerza de la articulación.

Recomendaciones para el cuidado de una luxación

El especialista indica que “con el tratamiento adecuado, la mayoría de las dislocaciones se revierten, y las articulaciones vuelven a funcionar con normalidad después de varias semanas de descanso y rehabilitación. Sin embargo, algunas articulaciones, como las del hombro, son más propensas a volver a dislocarse”.

Asimismo, aconseja las siguientes medidas para aliviar el malestar y fomentar la curación después de recibir tratamiento por una lesión de dislocación:

  • Descansa la articulación dislocada. No repitas la acción que provocó tu lesión e intenta evitar los movimientos dolorosos.
  • Aplica hielo y calor. Colocar hielo en la articulación lesionada ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Utiliza una compresa fría de 15 a 20 minutos por vez. El primer día o el segundo, intenta hacerlo cada dos horas durante todo el día. Después de dos o tres días, cuando el dolor y la inflamación hayan mejorado, las compresas calientes o almohadillas de calor pueden ayudar a relajar los músculos endurecidos y doloridos. Limita la aplicación de calor a 20 minutos por vez.
  • Toma un analgésico. Los medicamentos de venta libre, como el ibuprofeno, el naproxeno o el paracetamol, pueden ayudar a aliviar el dolor.
  • Mantén la amplitud de movimiento de la articulación. Después de uno o dos días, comienza con algunos ejercicios leves, según te indique el médico o el fisioterapeuta, para ayudarte a mantener la amplitud de movimiento de la articulación lesionada. La inactividad total puede producir rigidez en las articulaciones.

¿Cuáles son sus complicaciones?

Las complicaciones de una dislocación de articulación pueden comprender:

  • Desgarro de los músculos, ligamentos y tendones que refuerzan la articulación lesionada
  • Daños en los nervios o vasos sanguíneos o alrededor de la articulación
  • Propensión a volver a lesionarte si tienes una dislocación grave o reiteradas dislocaciones
  • Artrosis en la articulación afectada a medida que envejeces

En caso del estiramiento o desgarro de los ligamentos o tendones que sostienen la articulación lesionada, o daño a los nervios o vasos sanguíneos que rodean la articulación, podría ser necesario someterse a una cirugía para reparar esos tejidos.

¿Cómo prevenir una luxación?

Para ayudar a prevenir una dislocación:

  • Toma precauciones para evitar caídas. Realízate exámenes oculares con regularidad. Pregúntale al médico o al farmacéutico si alguno de los medicamentos que tomas puede causarte mareos. Asegúrate de que tu hogar esté bien iluminado y de eliminar todo posible peligro de tropiezo de las zonas por donde caminas.
  • Realiza deportes de manera segura. Usa el equipo de protección recomendado cuando practiques deportes de contacto.
  • Evita las reapariciones. Una vez que hayas tenido una dislocación en una articulación, puedes ser más propenso a tener dislocaciones en el futuro. Para evitar la recurrencia, realiza ejercicios de fortalecimiento y estabilidad siguiendo las recomendaciones del médico o el fisioterapeuta para mejorar el soporte de la articulación.
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