El lupus eritematoso sistémico es una patología crónica autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico del organismo ataca por error sus propios tejidos y órganos.

De causa desconocida, afecta en su mayoría a las mujeres jóvenes. Se estima que ciertas personas tienen una tendencia genética a padecer lupus, el que se desencadena frente a ciertos factores como la exposición a la luz del sol, algunos medicamentos, estrés o infecciones virales.

Si bien no hay cura para el lupus, los tratamientos pueden ayudar a los controlar los síntomas.

El lupus en los niños

A diferencia del lupus que afecta a los adultos, el que se presenta en niños y adolescentes es menos frecuente y tiende a ser más agresivo. Puede generar compromiso multiorgánico y actuar principalmente en el sistema nervioso central o en los riñones.

Síntomas

Muchas veces se habla del lupus como “la enfermedad silenciosa”, pues no siempre manifiesta síntomas. Además, los expertos indican que no existen dos casos iguales de lupus eritematoso sistémico, ya que los niños pueden presentar una multiplicidad de síntomas distintos, entre los que pueden estar alguno de los siguientes:

  • Fatiga extrema.
  • Pérdida de peso.
  • Pérdida de cabello.
  • Dolor de músculos y articulaciones.
  • Sarpullidos en la cara o parte superior del cuerpo.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de estómago.
  • Problemas en los riñones.
  • Llagas en la boca.
  • Fiebre.
  • Facilidad para tener moretones.
  • Síntomas de ansiedad o depresión.

Tratamiento

“El tratamiento del lupus eritematoso sistémico busca el alivio de los síntomas, junto con controlar la enfermedad, prevenir las consecuencias y el daño permanente de los órganos vitales”, informa la doctora Carmen Navarrete, inmunóloga infantil de Clínica Dávila.

Si se lleva un tratamiento adecuado, generalmente se tiene un excelente pronóstico, y los niños y adolescentes pueden mantener sus actividades cotidianas como realizar ejercicio, ir al colegio, salir con amigos y participar en actividades familiares.

El manejo integral de un equipo multidisciplinario de especialistas, siempre presente en el tratamiento del lupus en general, se hace más importante aún en el caso del lupus pediátrico. Por ello, la atención de reumatólogos, inmunólogos pediátricos y nefrólogos se concentra en la evaluación y seguimiento regular de la salud física y psicológica del niño, donde el apoyo y acompañamiento de los padres cumple también un rol fundamental.

Entre las principales medidas que se toman para el tratar el lupus y evitar factores que puedan favorecer la aparición de una crisis, se encuentran las siguientes:

  • Evitar la exposición al sol y usar protección contra la radiación UV.
  • Cuidar la alimentación de acuerdo a las necesidades de la terapia y disminuir el consumo de sal.
  • Proteger la vulnerabilidad del sistema inmunológico con la administración de algunas vacunas y evitando la aplicación de otras.
  • Utilizar distintos medicamentos, dependiendo de cada caso, entre los que se cuentan corticoides, antiinflamatorios e inmunosupresores.
  • Educar a los padres con información sobre la enfermedad y cómo apoyar a los niños en el conocimiento, aceptación y manejo de su condición crónica.

Por último, cabe señalar, que esta patología está cubierta por el GES.

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