Durante los meses fríos, las enfermedades más frecuentes son del tipo respiratorio ya que, las bajas temperaturas, condiciones ambientales como el encierro, la mayor cercanía física y la falta de ventilación de los ambientes (contaminación intradomiciliaria) que facilitan la transmisión de diversos virus.
La población más afectada en esta época son los niños menores de 5 años, quiénes corren el riesgo de caer rápidamente en dificultades respiratorias serias y los adultos mayores, especialmente si tienen otras enfermedades crónicas, que necesitan más cuidados para evitar caer en efectos colaterales.
Resfrío
El resfrío es la enfermedad más común en la época de invierno, pero, si no se toman las precauciones necesarias, ésta podría convertirse en un problema mayor. Los síntomas son la congestión nasal, tos, estornudos, dolor de garganta y en algunos casos puede aparecer fiebre baja. El tratamiento para el resfrío es permanecer en reposo y evitar los cambios de temperatura. Su duración es de 3 a 5 días.
Gripe o Influenza
La gripe cuenta con síntomas similares al resfrío, pero con una intensidad mayor. Esta patología, proviene del virus de la influenza, el cual aparece de manera repentina, con fiebre 38° o más, dolor de cabeza, frecuente dolor muscular, agotamiento general, dolor de garganta, disminución del apetito y es característico una gran sensación de postración que obliga al enfermo estar espontáneamente en reposo.
El problema de esta patología, es que si no se toman las medidas oportunas y no se hace el tratamiento indicado, esta puede complicarse y requerir hospitalización, llegando a provocar incluso la muerte, especialmente en los enfermos crónicos, en recién nacidos o ancianos.
El tratamiento de esta enfermedad, requiere que la persona mantenga reposo en cama y una abundante ingesta de líquido. En cuanto a los síntomas como inflamación, fiebre y dolor, pueden ser controlados con fármacos indicados por el médico tratante.
Faringitis
Esta patología es provocada por una inflamación de la faringe o la garganta, produciendo un fuerte dolor en la zona, la cual se caracteriza por el enrojecimiento e hinchazón. Es provocada en el 80% por virus, aunque también puede producirse por medio de bacterias.
Los principales síntomas son un intenso dolor de garganta, fiebre, ganglios linfáticos del cuello inflamados, dolores de cabeza, musculares y articulares.
Para la faringitis, no existe un tratamiento específico, pero guardar reposo, ingerir una gran cantidad de líquido y consumir analgésicos para calmar los dolores y la fiebre, ayudarán a mejorarse.
Bronquitis
La bronquitis es la inflamación de la pared interna de los bronquios, que son los conductos por los que circula el aire para llegar a la parte más profunda del pulmón, que es en donde se genera el intercambio de oxígeno entre el pulmón y la sangre.
Entre los síntomas que presenta esta patología, está la tos persistente con flema, fiebre, cansancio, decaimiento, dolor en el pecho e incluso dificultad para respirar.
Para combatir este malestar a veces es necesario ingerir antibióticos y medicamentos broncodilatadores que contribuyen a relajar y abrir las vías aéreas en los pulmones.
Neumonía
Es una inflamación total o parcial del pulmón causada por una infección viral, bacteriana y menos frecuentemente por otros agentes como hongos, aunque en el 40% de las veces las neumonías tienen orígenes desconocidos.
Fiebre, escalofríos, sudoración, tos con flema, dolor torácico que aumenta al respirar o toser, dolor de cabeza, musculares y articulares, falta de apetito, debilidad y en algunos casos disnea (dificultad para respirar) son los síntomas de esta enfermedad.
La neumonía se confirma, en la mayoría de los casos, con una radiografía de tórax y el tratamiento consiste en la administración de antibióticos y en los casos graves que requieren hospitalización, los medicamentos se administran por vía endovenosa aunque hay un porcentaje importante que puede ser tratado ambulatoriamente con medicamentos orales.