El labio fisurado, más comúnmente conocido como labio leporino o fisura labial, es una malformación que se produce en el periodo embriológico, que provoca que el labio se vea partido o abierto.
Tipos de labio fisurado
Según explica la doctora Carmen Garrido, cirujano plástico pediátrico de Clínica Dávila, este puede ocurrir de forma unilateral, es decir, en un solo lado, o bilateral, lo que implica que se presenta en ambos lados del labio. Por otro lado, cabe destacar que puede estar el labio parcialmente abierto o por completo. Lo importante es que siempre está comprometida la nariz, con alteraciones y desviaciones de la punta nasal.
Además, asegura que, en ocasiones, puede estar acompañado de una fisura del paladar, también llamada fisura palatina.
Existe otro tipo de fisura labial menos severa, llamada fisura labial frustra, que se presenta como una fisura labial que ya fue operada antes de nacer. “Solamente se ve como una pequeña cicatriz, la nariz desviada y una pequeña muesca en la línea blanca”, asegura la cirujano.
Finalmente, existe una fisura palatina submucosa que usualmente se descubre a los cuatro años de edad cuando los padres comienzan a notar que el niño tiene trastornos del habla, lo que le impide pronunciar bien algunos fonemas.
Diagnóstico del labio leporino
La malformación de labio y paladar leporino se da entre la cuarta y la sexta semana de gestación, período en el que pueden ocurrir alteraciones del desarrollo por causas genéticas o ambientales que deriven en una fisura labial y/o palatina. Esta patología puede ser pesquisada mediante una ecografía prenatal, pero en muchos casos, este se descubre al momento del nacimiento, lo que implica una carga emocional importante para los padres que no lo estaban esperando, por lo que el apoyo del equipo médico es fundamental.
Así lo evidencia la experta, comentando que cuando ocurren estos casos inesperados, lo primero que se hace en Clínica Dávila es llamar a los cirujanos plásticos. “Los cirujanos examinamos al recién nacido para verificar el diagnóstico, damos apoyo emocional a los padres y les explicamos que es una enfermedad tratable, que se puede intervenir y que va a quedar con cicatrices muy poco notorias”, dice.
Causas del labio fisurado
La especialista asegura que las causas de la fisura labial son multifactoriales, pero los más importantes son:
- Factores genéticos, especialmente por parte de la madre.
- Factores ambientales como radiaciones y tóxicos.
- Ingesta de algunos medicamentos durante los dos primeros meses de embarazo (por ejemplo, algunos antiepilépticos y corticoides, entre otros).
Cirugía para el labio fisurado
Existe un protocolo GES que está hecho por especialistas del país que indica que los niños que nacen con labio fisurado deben ser operados de los labios a los tres meses, del paladar al año, y si es completo, entre los 12 y los 18 meses, de tal manera que cuando el niño cumple los 18 meses está completamente operado.
Es importante señalar que el protocolo GES, contempla el tratamiento odontológico, ya que, en esta patología la posición dental y la mordida habitualmente están alteradas.
Se han desarrollado técnicas de alimentación para que los niños no tengan desnutrición en el período previo a la cirugía.
En la primera cirugía, se reconstituye la encía, el músculo orbicular, la mucosa labial, el rojo o bermellón, la piel y la nariz. La nariz se considera, porque “en todos los fisurados está alterada. Está deformada con el ala nasal hundida, un poco desviado el tabique y el piso nasal está abierto”, confiesa la doctora Garrido.
Por otro lado, la segunda cirugía se considera para todo lo que tiene relación con el paladar. Una vez que se han realizado ambas cirugías, el cirujano a cargo decidirá si es necesario realizar más intervenciones para corregir. “Después vienen los retoques, si quedó la nariz un poco alterada o la punta un poco desviada, eso se interviene a los cuatro años, de acuerdo al programa”, asegura la experta, y agrega que “si queda con problemas del habla, se evalúa a los cuatro años y si es necesario, se realiza una intervención para mejorar el habla. Este GES dura hasta los 15 años, empieza en el 0 y termina a los 15 y a esa edad se realiza el último retoque nasal, si es necesario. Son muchos años que el equipo acompaña a los pacientes, generando un vínculo que va más allá de lo estrictamente médico, de hecho, muchos niños siguen viniendo a contarnos sus logros y experiencias”.
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