Es muy común que los padres acudan a un centro de salud, sobre todo en temporada invernal, por distintos tipos de infecciones virales que padecen sus hijos. Rinitis, faringitis, bronquitis, entre otros, son frecuentes en menores y, por lo general, vienen acompañados de síntomas como el dolor de garganta, congestión nasal y diversos grados de malestar dependiendo del nivel de respuesta de cada organismo.
Sin embargo y, tal como señala el doctor Fernando Martínez, broncopulmonar infantil de Clínica Dávila, “las infecciones respiratorias agudas altas son como una avalancha, una vez que empiezan deben terminar solas. A lo que uno debe estar atento, sobre todo en los niños, son las potenciales complicaciones que se pueden presentar. Lo que partió como una rinofaringitis o una faringitis, termina derivando a una obstrucción bronquial más severa, que se va a manifestar ya con respiración más agitada o con diversos grados de dificultad respiratoria”, indicó.
Asimismo, el doctor Martínez señala, respecto a la prevención, que una de las más importantes es el lavado de mano, ya que uno arrastra los gérmenes mayormente con dicha extremidad más que con la nariz. Lo anterior produce una superficie contaminada a un niño si, por ejemplo, un adulto no toma las precauciones de lavarse las manos regularmente.
Otro tema relevante es que todos los otoños comienzan las campañas de vacunación contra la influencia y las personas predispuestas deben vacunarse. Como explica el doctor “la influenza ya no es una rinofaringitis, es una enfermedad bastante más seria, que produce más problemas, y que tiene complicaciones, incluida la muerte. Hay que tomarse en serio la influenza, no es una enfermedad banal, es una enfermedad compleja, sobre todo si la persona pertenece a estos grupos de mayor predisposición”.
Además, sostiene que la mayoría de los medicamentos que se indican son absolutamente para el tratamiento sintomático, es decir, para hacer la enfermedad más llevadera pero la enfermedad no va a durar ni más ni menos porque use un medicamento. Sí resulta primordial, estar atento a las complicaciones que un niño pueda tener, apareciendo una sobre infección bacteriana que se convierte en una otitis, una bronquitis bacteriana o una neumonía.
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