La hiperplasia prostática o crecimiento prostático benigno, corresponde al aumento de tamaño de la próstata y que puede producir obstrucción en la salida de la orina a través del conducto urinario. Por lo general, no se relaciona con alguna causa específica, predisposición personal o familiar, y tampoco existen factores de riesgo claramente asociados. De hecho, es muy probable que la mayoría de los hombres presenten esta patología en algún momento de su vida, con mayor o menor necesidad de tomar medicamentos o de requerir algún procedimiento quirúrgico para su tratamiento.
En palabras del doctor Rodrigo Chacón, urólogo de Clínica Dávila, “no todas las personas requieren tratamiento, ya que va a depender principalmente de los síntomas que tenga el paciente y de la alteración en la calidad de vida que estos le provoquen, de la presencia de complicaciones derivadas de la obstrucción urinaria y al grado de crecimiento de la próstata. Es importante señalar que esta patología no tiene relación con el cáncer de próstata; son dos enfermedades distintas, pero que se estudian y diagnostican durante la misma consulta al urólogo que debieran realizar todos los hombres a contar de los 40 o 50 años”. De todas formas, explica el doctor Chacón, es poco probable que se presente en hombres menores de 40 años.
¿Cuáles son los síntomas?
Algunos de los síntomas que se presentan son los siguientes:
- Dificultad para orinar, que puede ser progresiva en el tiempo (menor fuerza del chorro).
- Aumento en la frecuencia para orinar, especialmente durante la noche (levantarse para ir al baño, aunque sea 1 o 2 veces).
- Ganas más frecuentes y/o urgentes de orinar, en ocasiones sin alcanzar a llegar al baño.
- Ganas de seguir orinando después de haberlo hecho.
- Chorro entrecortado de orina y/o con necesidad de hacer fuerza para lograrlo.
Es muy importante, para realizar un tratamiento a tiempo y efectivo, que la hiperplasia prostática sea detectada en su fase inicial a partir de los síntomas mencionados anteriormente. Respecto del tratamiento, el doctor Chacón indica que “si el paciente consulta por síntomas leves o muy leves, y si estos no afectan su calidad de vida, no requiere medicamentos y sólo hay que ir controlando su evolución. Sin embargo, si los síntomas son molestos y comienzan a afectar la calidad de vida, es necesario indicar medicamentos y, en caso de complicaciones o de síntomas que no respondan a los medicamentos, hay que evaluar un tratamiento quirúrgico para despejar la obstrucción”.
Clínica Dávila cuenta con lo último en tecnología para corregir la hiperplasia prostática benigna a través de la Enucleación Prostática con Láser, un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en remover el tejido de la próstata que produce la obstrucción, sin realizar incisiones en la piel. Este procedimiento brinda una solución definitiva y segura al paciente, junto con un menor riesgo de sangrado, menos días de uso de sonda urinaria y de hospitalización, y un corto período de recuperación, en comparación con las técnicas quirúrgicas tradicionales
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