El significado de hidrocele proviene de los términos griegos Hydros (agua o líquido) y cele (quiste o tumor). Esta afección se define como una inflamación del escroto producida por la acumulación anormal de líquido seroso entre las capas de la túnica vaginal (que rodean a los testículos) o bien, en el cordón espermático.

El hidrocele es frecuente en recién nacidos, sobre todo en aquellos que nacen prematuros, en estos casos suele desaparecer antes del año de vida. Cuando se presenta en niños mayores, en jóvenes o en adultos, generalmente es resultado de alguna infección o lesión dentro del escroto.

Tipos de hidrocele

Según las causas que pueden provocarlo, el hidrocele se divide en dos tipos: congénito o adquirido.

Hidrocele congénito: Es frecuente en bebés prematuros y puede notarse incluso antes del nacimiento. Lo normal es que se cure sin ninguna intervención entre los doce y veinticuatro meses de edad. Se produce cuando los sacos que rodean a los testículos (túnica vaginal) no se cierran completamente y mantienen comunicación con la cavidad peritoneal (la que rodea a los órganos del abdomen). Esto hace que pase líquido desde el abdomen hacia el escroto produciéndose la hidrocele debido a que la túnica vaginal no puede absorber el líquido seroso que constantemente baja desde de la cavidad peritoneal. Este tipo se llama hidrocele comunicante.

Existe además llamado el hidrocele no comunicante, que se produce cuando la túnica vaginal se cierra con una gran cantidad de líquido proveniente desde la misma cavidad y éste no logra absorberse.

Hidrocele adquirido: Generalmente su origen es idiopático, es decir, que no tiene causa conocida. Se le conoce también como hidrocele primario. Principalmente se da en hombres que tienen más de cuarenta años.

El hidrocele secundario, en cambio, se produce por lesiones en la zona escrotal que pueden ser traumatismos o infecciones. Algunas de las causas de este tipo de hidrocele son orquitis (inflamación del testículo), epididimitis (inflamación del epidídimo), hernias inguinales, cirugía inguinal, traumatismos y filarias (enfermedad parasitaria).

El doctor José Campos, especialista en urología infantil de Clínica Dávila, afirma que el hidrocele puede darse como resultado de cirugías escrotales, como la de varicocele, en niños que reaccionan a este tipo de operaciones. “Muchas veces hay una reacción inflamatoria de respuesta a la incisión de las venas y tejido linfático. Como en estos pacientes no hay un buen drenaje ni venoso ni linfático, el líquido se empieza a acumular en la zona. Es lo que se llama hidrocele secundario a la operación”, afirma el especialista.

El hidrocele secundario puede darse incluso como respuesta a una infección de transmisión sexual.

Complicaciones del hidrocele

El hidrocele no suele producir dolor a quien lo sufre. Sin embargo, es posible que acarree complicaciones debido al peso del escroto. En general los síntomas del hidrocele se asocian con un aumento del tamaño del escroto indoloro. No obstante, en casos de gran magnitud puede ser doloroso.

Por otra parte, el hidrocele no se relaciona con problemas de fertilidad, pero puede ser indicativo de enfermedades testiculares graves como infección, tumores o hernia inguinal.

Diagnóstico del hidrocele

Si un médico se enfrenta con un escroto con una masa escrotal indolora, de crecimiento simétrico y lento, puede que sospeche de hidrocele. Para que el diagnóstico sea efectivo, la masa debe presentar las siguientes características:

  • Se debe ser capaz de palpar por encima de la masa sin sensación de dolor en el paciente.
  • La masa se transilumina (se aplica luz en el tejido) y se percibe líquido alrededor del testículo.
  • La masa no se vacía cuando se aplica presión (hidrocele no comunicante) o se vacía lentamente (hidrocele comunicante).

Es importante que el especialista descarte otras enfermedades más graves relacionadas a esa zona como hernia inguinal, tumor testicular y orquiepididimitis (inflamación del testículo y epidídimo). Esto generalmente se realiza a través de un ultrasonido testicular.

Tratamiento del hidrocele

Si el hidrocele es congénito, rara vez necesita tratamiento ya que suele desaparecer solo. Esto es lo que el doctor José Campos llama “hidrocele del lactante”. Sin embargo, si al año el líquido seroso no es absorbido, probablemente requiera una intervención para sellar el conducto que comunica al escroto con el abdomen.

En el caso de pacientes adultos, el hidrocele no se interviene si es leve o no tiene síntomas. En caso de un hidrocele de gran magnitud que pueda dañar el testículo debido a la presión que ejerce sobre él, será necesario intervenir. Así mismo si el hidrocele es resultado de algún trauma en esa región.

La operación de hidrocele es ambulatoria, puede realizarse con anestesia local o general y consiste en un corte en la parte baja del abdomen para acceder al escroto y así drenar el hidrocele.

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