¿Golpe de calor o insolación? Cuida tu salud durante el verano

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, es crucial estar informado sobre los riesgos asociados a la exposición prolongada al calor, especialmente durante actividades al aire libre. Entre las condiciones más graves relacionadas con el calor extremo se encuentran el golpe de calor y la insolación. Aunque a menudo se usan como sinónimos, son diferentes y requieren atención específica.

Diferencias entre golpe de calor e insolación

El golpe de calor es una emergencia médica que ocurre cuando el cuerpo no logra regular su temperatura, alcanzando niveles peligrosos, generalmente superiores a los 40 °C. Puede ser provocado por la exposición prolongada a altas temperaturas, el ejercicio intenso en climas calurosos o la deshidratación. Sus síntomas incluyen piel caliente y seca, confusión, dolor de cabeza, náuseas, pulso rápido y fatiga extrema. Ante estos signos, es esencial buscar atención médica inmediata, ya que el golpe de calor puede ser potencialmente mortal.

Por su parte, la insolación es un daño cerebral provocado por la exposición directa al sol. Aunque puede formar parte del golpe de calor, no siempre implica un aumento extremo de la temperatura corporal. La diferencia clave es que la insolación resulta de la radiación solar directa sobre la cabeza, afectando principalmente al cerebro y al sistema nervioso central.

Factores de riesgo

Algunas personas tienen mayor predisposición a sufrir un golpe de calor o insolación debido a condiciones de salud preexistentes o ciertos medicamentos, como antidepresivos, antipsicóticos y tratamientos para la presión arterial, que afectan la capacidad del cuerpo para regular la temperatura. Además, enfermedades como diabetes, problemas cardíacos y pulmonares, obesidad, edad avanzada y deshidratación previa aumentan el riesgo.

Cómo prevenir los efectos nocivos del calor

La prevención es la mejor forma de protegerse de estas condiciones. Sigue estas recomendaciones:

  1. Mantente hidratado: Bebe agua regularmente, incluso si no tienes sed. Evita las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.
  2. Protege tu piel: Usa ropa ligera, de colores claros, sombreros y gafas de sol. Aplica protector solar de amplio espectro con frecuencia.
  3. Evita el sol directo: Limita la exposición al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Busca sombra o permanece en lugares frescos.
  4. Mantén tu hogar fresco: Usa ventiladores o aire acondicionado. Mantén las cortinas cerradas durante el día y ventila por la noche.

Qué hacer en caso de golpe de calor

Si alguien presenta síntomas de golpe de calor, actúa rápidamente:

  • Llévalo a un lugar fresco: Busca un lugar con sombra o aire acondicionado.
  • Hidrata: Si está consciente, ofrécele agua fría o bebidas deportivas.
  • Enfría el cuerpo: Aplica toallas húmedas, compresas frías o rocía agua fresca sobre la piel. Coloca hielo (envuelto en un paño) en axilas, cuello e ingle.
  • Afloja la ropa: Quita o afloja la ropa ajustada para facilitar el enfriamiento.
  • Monitorea: Si los síntomas no mejoran rápidamente o empeoran, busca atención médica inmediata.
  • No lo dejes solo: Permanece con la persona hasta que llegue ayuda médica.

Qué evitar en casos de golpe de calor

Algunos métodos pueden parecer útiles, pero son perjudiciales:

  • No apliques hielo directamente sobre la piel, ya que puede causar daño por congelación.
  • No sumerjas a la persona en agua fría, ya que podría provocar un choque térmico.
  • No fuerces a la persona a comer ni ignores síntomas graves como confusión o pérdida de conciencia.

Disfruta del verano con seguridad

El golpe de calor y la insolación son condiciones serias que se pueden prevenir con medidas simples. Mantente hidratado, limita la exposición al sol durante las horas más calurosas y presta especial atención a los grupos más vulnerables, como niños y adultos mayores. Con estas precauciones, podrás disfrutar del verano protegiendo tu salud y la de tus seres queridos.

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