La ginecomastia es un aumento del tamaño de la glándula mamaria de los hombres, lo que, en ocasiones, implica que se sientan muy acomplejados.
Según aclara la doctora Angélica Paulos, cirujano plástico infantil de Clínica Dávila, se trata de una patología que se presenta más frecuentemente después de los 10 años de edad, cuando es así, es denominada como ginecomastia puberal.
La ginecomastia puberal implica un aumento de las mamas de los niños, lo que podría estar causado por los cambios hormonales propios de la pubertad, pero en algunas ocasiones se debe a condiciones patológicas que requiere de un estudio más acabado, completo y del manejo de un equipo multidisciplinario.
Diagnóstico de la ginecomastia puberal
El diagnóstico de la ginecomastia es bastante evidente y en ocasiones, puede presentarse con dolor mamario unilateral o bilateral y sensibilidad al roce del pezón.
Sin embargo, es necesario realizar una evaluación integral al niño, y es que, en la mayoría de los casos, esto se presenta por la pubertad, pero en ocasiones, puede aparecer porque el niño está con una patología endocrinológica o genética de base.
Conforme a lo manifestado por la especialista, se trata de una patología muy frecuente que afecta a cerca del 50% de los niños en edad adolescente, de los cuáles, sólo un pequeño porcentaje requiere de un tratamiento.
Además, la doctora Paulos confiesa que a pesar de que la ginecomastia le puede dar a cualquier niño, es mucho más recurrente en aquellos que tienen sobrepeso u obesidad.
Tratamiento para la ginecomastia
Cuando la ginecomastia es causada por la pubertad, la indicación de los especialistas es esperar un año. Lo anterior, porque de acuerdo a la experta, la gran mayoría de los casos de ginecomastia puberal ocurren por un desorden hormonal que usualmente se regulariza solo.
Por otro lado, si después de un año el problema persiste, la indicación es quirúrgica. “Si hay persistencia de la masa o el dolor después del año, la verdad es que tiene indicación quirúrgica, porque existe una fibrosis de la glándula que va a hacer que no se achique completamente, que no involucione”, asevera la cirujano de Clínica Dávila.
La cirugía consta de dos elementos, en primer lugar, se disminuye el componente glandular, resecando gran parte de la glándula a través de una incisión peri areolar y, en segundo lugar, se regulariza la cantidad de grasa en el tórax a través de una lipoaspiración en niños que tienen un componente graso asociado. La experta es enfática al asegurar que es importante no sacar toda la glándula mamaria del paciente, puesto que puede causar el efecto contrario y dejar la zona umbilicada.
Una vez intervenido, el paciente queda hospitalizado hasta el día siguiente y es probable que quede con un poco de dolor y/o hematomas en el tórax, los que duran alrededor de dos semanas. Además, los especialistas recetan un traje compresivo para que la piel se vuelva a adosar al resto del tórax y después de dos a tres semanas pueden volver a incorporarse a la actividad deportiva.
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