El escroto agudo es catalogado como un síndrome, lo que quiere decir que las causas de que esto ocurra son muy variadas, y se caracteriza principalmente por un dolor agudo a nivel escrotal, usualmente referido al testículo de los niños, explica la doctora Isabel Acuña, uróloga infantil de Clínica Dávila.
A pesar de que el dolor es el principal síntoma de este síndrome, es sumamente importante considerar las características del mismo, puesto que, de acuerdo a la especialista, existen muchos tipos de dolores testiculares que son muy frecuentes. “Para nosotros como urólogos, por lo menos dos o tres veces a la semana vienen niños que se quejan de dolor testicular”, confiesa.
El dolor se podría presentar durante el transcurso del día o de la noche, incluso, los niños pueden ser despertados por esta razón. Los pequeños notan que se presenta como un dolor que no desaparece en uno u otro testículo y puede ir acompañado de inflamación.
En ocasiones, los padres tienden a asociar este dolor a algún tipo de traumatismo que pudo haber sufrido el niño y no dan la importancia necesaria, sin embargo, la recomendación de la experta es que ante cualquier dolor testicular agudo acompañado de inflamación, consulten rápidamente en un Servicio de Urgencia.
Causas del escroto agudo
Dentro de las causas más graves que pueden provocar un escroto agudo, se encuentra la torsión del testículo o torsión del cordón testicular. Esto implica que el testículo se gira sobre sí mismo, formando una especie de nudo que impide la circulación de la sangre. Así, el tejido se queda sin irrigación, por lo que, si no es tratado dentro de las primeras seis horas, el testículo se puede infartar y morir.
En general, la torsión testicular ocurre porque el testículo presenta una mala inserción de la capa que lo recubre, lo que puede producir que se gire sobre sí mismo.
La doctora Acuña indica que la torsión testicular se presenta más frecuentemente en adolescentes y, en ocasiones, en recién nacidos, algunos niños pueden presentar torsión testicular IN UTERO.
Además, agrega que cuando el escroto agudo es causado por una torsión testicular, el dolor es insoportable y en ocasiones puede ir acompañado de vómitos. “Se trata de un dolor que no pasa y al momento que uno lo examina, generalmente los niños tienen tumefacta la zona, no pueden ser examinados con facilidad, porque les duele mucho y uno encuentra que el testículo está un poquito más alto que lo habitual”, indica.
El tratamiento para esta patología es quirúrgico y consiste en abrir el escroto y exteriorizar el testículo para observarlo. Cuando hay torsión testicular, el especialista podrá ver que está violáceo y lo podrá destorcer para que se pase. Entonces, observará si es que el testículo vuelve a tener su color rosado habitual. Cuando esto ocurre, lo fija, y hace lo mismo con el otro testículo para impedir que le ocurra lo mismo.
En caso de que el testículo no recupere viabilidad, se extirpa (orquidectomia) y se fija el testículo contralateral.
Por otro lado, otra causa de escroto agudo es la torsión de hidátide que, a diferencia de la torsión testicular, es más frecuente. Las hidátides o apéndices paratesticulares son restos embrionarios, que están cercanos al epidídimo. Se trata de un cuadro en el que hay dolor e inflamación, pero de una forma menos dramática que con una torsión testicular.
Cuando los especialistas están ante un cuadro de escroto agudo, solicitan una ecografía doppler para hacer el diagnóstico diferencial, sin embargo, de acuerdo a lo confirmado por la uróloga infantil de Clínica Dávila, si existen dudas sobre el diagnóstico o no se puede hacer la ecografía, lo mejor es operar de todas formas, para no arriesgarse a comprometer el testículo del niño.
Cuando se comprueba el diagnóstico, el tratamiento para esta causa del escroto agudo es médico, se utilizan antiinflamatorios, analgésicos y reposo. Usualmente, al cabo de una semana, los niños ya están recuperados.
Finalmente, existe una tercera causa para el dolor agudo de escroto, la orquiepididimitis, que es la inflamación del testículo y el epidídimo, lo que puede ocurrir por causas bacterianas o virales.
El tratamiento para estos casos también es médico y suele tratarse con antiinflamatorios, analgésicos, antibióticos y reposo. Puede presentarse con mayor frecuencia en niños más grandes que ya han iniciado su actividad sexual, por enfermedades de transmisión sexual o secundarias a malformaciones.
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