La Esclerosis Múltiple es una de las enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central más frecuentes a nivel mundial, aunque en Chile no existe una casuística exacta. La doctora Sabrina Oporto, neuróloga de adultos de Clínica Dávila y subespecialista en neuroinmunología, explica que la Esclerosis Múltiple es una enfermedad autoinmune del sistema nervioso central, en la que nuestros mecanismos de defensa atacan de forma errónea tanto al cerebro como a la médula espinal. El origen de esta respuesta anómala es multifactorial, dado por una combinación de susceptibilidad genética y factores ambientales, como infecciones virales, dieta y algunos tóxicos como el tabaco. Afecta más a las mujeres, como la mayoría de las enfermedades autoinmunes, indica la doctora Oporto.
En general, los primeros síntomas de la Esclerosis Múltiple se manifiestan entre los 30 y 40 años, en la forma de brotes o déficit neurológicos, los que son de instalación lenta y progresiva. Estos consisten en trastornos de la visión, inestabilidad de la marcha, pérdida del equilibrio, alteraciones de la sensibilidad con adormecimiento u hormigueo en alguna parte del cuerpo, o debilidad de una extremidad. Estos brotes pueden remitir de forma parcial o completa. Por el contrario, si los síntomas se presentan de forma súbita es imprescindible descartar un accidente cerebrovascular.
La doctora Oporto indica que la Esclerosis Múltiple se diagnostica mediante una evaluación neurológica, resonancia de cerebro y médula, un estudio de líquido cefalorraquídeo y exámenes de sangre que descarten otras enfermedades que pudiesen dar síntomas similares.
A pesar de pertenecer a una de las áreas de la neurología en la que más investigación y avances se ha logrado, esta enfermedad no tiene cura. Sin embargo, dice la neuróloga, “existen muchísimos tratamientos que logran una estabilidad o remisión de la enfermedad de modo tal que los pacientes pueden llevar una vida bastante normal. Un tratamiento precoz es fundamental para una mayor eficacia. Por otra parte, llegar a un diagnóstico preciso a veces puede tomar tiempo, dado que hay muchas enfermedades similares y éstas pueden agravarse con un tratamiento equivocado. Si bien no es una urgencia neurológica, una demora de hasta 4 meses en el inicio del tratamiento tiene un impacto negativo, dado que con el tiempo se instalan mecanismos de degeneración cerebral sobre los cuales casi ningún tratamiento tiene eficacia”, indica la doctora Oporto.
El enfoque multidisciplinario es pilar fundamental para una buena calidad de vida. “Se requiere un trabajo en conjunto de fisiatras, kinesiólogos, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos. La inclusión de la familia en estas dinámicas y la educación de la sociedad para eliminar el estigma negativo de la enfermedad es un paso necesario para lograr una real inclusión de estas personas que, en su mayoría, se encuentran en una edad laboral productiva”, recalca.
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