La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un trastorno respiratorio que produce inflamación crónica de las vías aéreas, además de daño y destrucción progresiva de los tejidos y la estructura pulmonar, generando obstrucción al flujo de aire especialmente durante la espiración (salida del aire de los pulmones). Incluye una serie de manifestaciones que en general se conocen como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar.
Según explica el doctor César Maquilón, médico broncopulmonar de Clínica Dávila, la EPOC se define como una enfermedad progresiva y crónica, que empeora con el tiempo y que es irreversible. Sin embargo, a pesar de no contar con una cura definitiva, también es prevenible y, con el tratamiento oportuno, se puede ayudar a controlar sus síntomas y su avance.
La principal causa de la EPOC es la exposición a largo plazo al humo del tabaco y por eso se le denomina comúnmente como “la tos del fumador”. Sin embargo, esta enfermedad puede llegar a afectar gravemente la calidad de vida de quienes la padecen, con dificultades para realizar actividades tan cotidianas como subir escaleras o vestirse.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que actualmente afecta a 64 millones de personas en todo el mundo y que en 2030 será la tercera causa de muerte a nivel global. Durante 2015 murieron por esta causa cerca de 3,17 millones de personas en todo el mundo, lo que equivale a un 5% de todas las muertes registradas ese año.
Otros factores de riesgo de la EPOC son la exposición al humo de leña, la contaminación ambiental, tanto interior como exterior, así como el polvo, gases dañinos y el humo en el lugar de trabajo.
¿Cómo identificar la EPOC?
En sus inicios, la EPOC es asintomática y solo aparecen señales en estados más avanzados de la enfermedad.
Por su avance progresivo y acumulativo, esta enfermedad suele diagnosticarse principalmente a fumadores mayores de 50 años, quienes comienzan a presentar síntomas, entre los que se encuentran:
- Tos crónica o persistente.
- Dificultad para respirar, en especial al realizar actividad física (disnea).
- Sibilancias o silbidos al respirar.
- Producción de flema (esputo).
- Sensación de opresión en el pecho.
- Carraspera.
- Frecuentes infecciones respiratorias como resfríos y gripe.
- Falta de energía y fatiga excesiva al realizar actividad física.
Diagnóstico
Para diagnosticar la EPOC y determinar su grado de avance se puede indicar una serie de exámenes que incluyen la espirometría (medición del funcionamiento de los pulmones por flujo y volumen respiratorio), la medición de gases en la sangre arterial y la radiografía de tórax.
Tratamiento de EPOC
Por estar directamente relacionado con el tabaquismo, tanto la prevención como el principal tratamiento de la EPOC se basa en dejar de fumar por completo.
También el médico especialista puede indicar algunos medicamentos como broncodilatadores (inhaladores) y antibióticos en caso necesario, tanto para manejar los síntomas como para evitar las complicaciones.
En casos más avanzados se puede requerir de terapia con oxígeno suplementario, solo en las noches, al realizar actividad física o ya de manera permanente en casos más avanzados.
Además, se puede indicar rehabilitación pulmonar, que incluye educación y ejercicio, para mejorar la capacidad de realizar actividades cotidianas.
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