El verano, especialmente en la zona central del país, nos sorprende con temperaturas que, frecuentemente, durante la tarde superan los 32 grados Celsius. Para evitar la deshidratación, es importante, además de no exponerse a la radiación solar, hidratarse de manera adecuada, sobre todo los niños.

La nutricionista infantil de Clínica Dávila, Melina Fuentes, entrega algunas recomendaciones para que los más pequeños de la casa estén bien hidratados todos los días, pero especialmente en aquellos en que se registra más calor.

¿Qué cantidad de líquido debe beber un niño o niña menor der 10 años?

La cantidad siempre dependerá de la edad y el peso del niño, pero aproximadamente se recomienda que beban entre 1.200 a 1.300 ml de agua.

Durante el verano, es necesario que aumenten la ingesta de líquido entre 200 a 400 ml debido a las pérdidas que se producen por las altas temperaturas (sudor). Además, si se mantienen en alguna actividad recreativa por encontrarse de vacaciones, con mayor razón debe beber más agua. Lo importante es no deshidratarse.

¿Cómo podemos saber si los niños más pequeños, que no hablan, tienen sed o podrían estar deshidratados?

Los bebes y niños más pequeños tienen más probabilidades de deshidratarse porque sus cuerpos son más pequeños y tienen menos reservas de líquido.  Cuando se trata de bebés es importante estar atentos a:

  • Número de pañales mojados o ausencia de orina durante 8 horas.
  • Color de la orina. Si la orina está oscura, significa que está más concentrada y es un signo de deshidratación. Lo normal, es que la orina tenga un color transparente, amarillo claro muy transparente.
  • Atención a la actitud del niño o niña. Por ejemplo, si lo notamos decaído o irritable también puede ser un signo de deshidratación.
  • Boca y lengua secas y pegajosas. Cuando ocurre esto, es porque la producción de saliva está disminuida y hay deshidratación. Lo mismo si el bebé llora sin lágrimas.
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