Existen diferentes tratamientos y tecnologías para tratar enfermedades agudas, crónicas, intervenciones quirúrgicas y el período postoperatorio. Es importante diferenciar entre una enfermedad aguda y una crónica, dado que desde allí se desprende qué tipo de tratamiento debe recibir un paciente.

Una enfermedad aguda puede definirse como aquella de corta duración, por ejemplo, una apendicitis, donde el dolor puede ser severo y tiene un tratamiento en que el dolor va a desaparecer después de la intervención correspondiente. Las enfermedades crónicas, por su parte, son aquellas de larga duración, por ejemplo, cáncer.

En ambos casos, las nuevas tecnologías y especialmente la imagenología brindan un apoyo sin igual a los equipos médicos quienes antiguamente tenían mayores dificultades a la hora de realizar los diagnósticos, tomando el dolor como un medidor en cuanto a la evolución de una enfermedad como la ya mencionada apendicitis. Hoy en día, los pacientes son intervenidos de manera inmediata tras ser evaluados, mejorando su proceso médico. Esto se conoce como medicina perioperatoria.

Tratamiento Perioperatorio y Alivio del dolor

La medicina perioperatoria no tiene otra finalidad que reducir al mínimo el dolor de un paciente para hacer más llevadero el tratamiento de una enfermedad aguda. En este sentido, la medicina perioperatoria actúa antes, durante y después de una intervención, y forma parte fundamental de la calidad de atención a los pacientes. Juan Antonio Merino, Médico Anestesiólogo de Clínica Dávila, es enfático al señalar que “el tratamiento del dolor significa también una dedicación, no consiste en que el especialista ve al paciente, le inyecta un analgésico y vuelve dos días después. El tratamiento del dolor es un continuo en cuanto a evaluación y tratamiento”. Además, comenta que, en el caso de los ingresos de urgencia, el equipo médico cuenta con todos los protocolos necesarios para poder controlar el dolor de un paciente. Son precisamente los médicos anestesiólogos quienes tienen mejor manejo del dolor, por el conocimiento de las drogas y de las técnicas analgésicas en general.

Medicina paliativa y alivio del dolor

Las enfermedades crónicas son definidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “enfermedades de larga duración y por lo general de progresión lenta”. Algunas de ellas, como el cáncer, enfermedades respiratorias, cardiacas, infartos y diabetes, representan al menos 63% de la mortalidad en el mundo año a año. Para el manejo del dolor en este tipo de enfermedades existen los tratamientos paliativos.

Un tratamiento paliativo tiene, según el doctor Merino, cuatro componentes: Una unidad ambulatoria, pacientes hospitalizados, pacientes que ingresan por urgencia y visita domiciliaria. Por lo general, “los pacientes que ingresan por urgencia son aquellos que por alguna patología intercurrente han agravado su condición, o simplemente por la evolución de la enfermedad el dolor se ha hecho inmanejable en forma ambulatoria”, señala.

Tratamiento paliativo del dolor

El tratamiento paliativo, en el caso de las urgencias, consiste en que una vez realizado el ingreso del paciente, se verifica si existe alguna complicación médica, y se ajustan las dosis de medicamento para controlar el dolor hasta que sea de nivel moderado.  Posteriormente, si es necesario realizar alguna intervención en caso de presentarse otros síntomas como vómitos, náuseas, hemorragia, etc., puede requerirse modificar las dosis de acuerdo con la evolución del paciente.

El dolor es entendido como una vivencia sensorial y emocional. Las enfermedades agudas suelen estar cargadas hacia el primer concepto: la sensación inmediata de dolor. En el caso de las enfermedades crónicas, el dolor tiene un fuerte componente emocional debido a su complejidad, al agotamiento por su larga duración, por el sacrificio económico que conlleva un tratamiento, y muchas veces porque no existe una cura para la enfermedad.

Desde este punto de vista, los equipos médicos son multidisciplinarios. “Para el componente emocional es súper importante el tratamiento, el apoyo del equipo de salud, que está constituido por enfermeras, médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales y kinesiólogos, eso es muy importante para la contención del paciente y de la familia. Por otro lado, están los fármacos, tenemos un arsenal bastante grande de fármacos y técnicas con que podemos razonablemente asegurar al paciente que su dolor se va a controlar”, señala el anestesiólogo de Clínica Dávila.

Al igual que en el caso perioperatorio, la medicina paliativa requiere de dedicación, es por eso que “Nos hacemos cargo del paciente. Hacemos un estudio para ver cuáles son las causas de esta descompensación y para eventualmente tratarla”, indica el profesional, quien además comenta que más allá de tratar el dolor y aliviarlo o reducirlo al mínimo, acá lo principal es entender y detectar por qué existió un agravamiento de la situación crónica del paciente.

El mejor ejemplo de tratamiento paliativo es lo que ocurre con los casos oncológicos con proyección de vida mayor a los seis meses. Estos tratamientos paliativos tienen por finalidad lograr la autovalencia e independencia de los enfermos crónicos para que, de alguna manera, dentro de su diagnóstico, puedan llevar una vida normal. En este punto se identifica un dolor de tipo “irruptivo”, es decir, que aparece de improviso o que sucede tras realizar alguna actividad. El tratamiento por seguir es un “régimen basal de analgésicos y cuando nosotros sabemos que el paciente va a desarrollar algún tipo de actividad y que le va a provocar dolor, con un cierto tiempo de anticipación reforzamos el fármaco analgésico”, comenta el profesional. Además, es imperativo que exista educación en cuanto a cómo administrar su medicación, y los efectos colaterales que pueda tener.

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