En el Día Mundial Contra el Cáncer conoce las historias de Ximena y Pamela

Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha que busca concientizar sobre la enfermedad y promover su detección temprana. En Chile, el cáncer es la principal causa de muerte, superando incluso a las enfermedades cardiovasculares. Según el Ministerio de Salud, se registran más de 50.000 casos nuevos cada año y alrededor de 28.000 fallecimientos asociados a esta enfermedad. 

Detrás de estas cifras hay historias de lucha, fortaleza y esperanza. Ximena Mundaca y Pamela Caviedes son dos mujeres que han enfrentado el diagnóstico con valentía y han encontrado en sus respectivos centros de atención, Clínica Dávila y Clínica Dávila Vespucio, el apoyo humano y médico necesario para sobrellevar esta enfermedad. 

Ximena Mundaca, paciente de Clínica Dávila, fue diagnosticada con cáncer en etapa cuatro con metástasis hace tres años. «Cuando me diagnosticaron, sentí gratitud, gratitud a Dios porque era yo y no mis hijas o mis nietas», cuenta Ximena. A pesar del miedo inicial, encontró en la clínica una atención que le brindó tranquilidad y orientación. «La humanidad del personal de esta clínica es lo que más me impresionó. Siempre estuvieron allí para guiarme y hacerme sentir segura». 

Su tratamiento ha sido extenso e incluyó quimioterapias y radioterapias, las cuales afrontó con determinación. «Si les dicen que deben hacerse la quimioterapia, háganlo. Nunca pierdan la esperanza, porque si tienen un buen equipo y son constantes, se puede salir adelante», enfatiza. Hoy, tras varios exámenes, su enfermedad está controlada, lo que le permite vivir con mayor tranquilidad. «Si yo pudiera abrazar a todo el personal de oncología, lo haría. Me conocen, y yo a ellas. No me he sentido un número más, sino un ser humano que importa». 

Pamela Caviedes, paciente de Clínica Dávila Vespucio, recibió su diagnóstico de cáncer de colon en octubre del año pasado. «Fue un impacto porque llevo 30 años trabajando, 20 años en el gimnasio y hace dos cambié mi alimentación. Era como ‘guau, ¿qué pasó?'», relata. Sin embargo, asumió la enfermedad como un proceso de aprendizaje. «Siempre dicen que las enfermedades vienen a sanar, y así lo he tomado. Me hizo entender que debía priorizarme y que mi bienestar también es importante». 

Para su familia, especialmente sus tres hijos, el diagnóstico también fue un desafío. «Lloraron, se sintieron desvalidos, pero mi actitud los ayudó a entender que era parte de la vida y que lo enfrentaríamos juntos», recuerda. Además, destaca la atención recibida en Clínica Dávila Vespucio: «Desde que llegué a urgencias, me hicieron sentir en casa. La contención emocional que brindan aquí es invaluable». 

Ambas mujeres coinciden en que el cáncer les ha dejado enseñanzas valiosas. «Nos tenemos que cuidar, comer sano, hacer ejercicio, no estresarnos y vivir con fe», dice Ximena. Por su parte, Pamela insiste en que la enfermedad le mostró la importancia de pensar en sí misma. «Quizás siempre quise dar lo mejor de mí a otros, pero olvidé que lo mejor también tenía que ser para mí». 

En este Día Mundial contra el Cáncer, historias como las de Ximena y Pamela nos recuerdan que más allá de las cifras, el cáncer es un desafío que se enfrenta con apoyo, amor y determinación. Y, sobre todo, que nunca se debe perder la esperanza. 

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