No dicen nada, ni dan un indicio. Generalmente se esconden y sufren en silencio. Así es la depresión masculina, menos diagnosticada que en la mujer, pero que de no ser tratada, puede tener graves efectos.
“A diferencia de las mujeres, que hablan de sus problemas con las amigas, los hombres ni siquiera cuentan con ese apoyo para poder descargarse. El hombre, en nuestra cultura, no se comunica ni con la familia ni los amigos, ni siquiera con sus pares”, explica la doctora María Eugenia Escorza, psiquiatra de adultos de Clínica Dávila.
La depresión es una enfermedad mental común, pero grave, que en el hombre puede ser potenciada por factores como la sobre exigencia y rol de proveedor. Según información entregada por la última Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Salud (Minsal), un 6,2% de la población chilena padece un cuadro de depresión. Del total, un 10,1% de las mujeres están afectadas por esta patología, mientras que solo un 2,1% de los hombres ha sido diagnosticado.
En general, la depresión masculina presenta algunos síntomas distintivos, que deben llevar a consultar de inmediato si se presentan de manera ininterrumpida por a lo menos dos semanas:
- Irritabilidad.
- Sensación generalizada de desesperanza.
- Falta de concentración.
- Ansiedad.
- Alteraciones del apetito (aumento o disminución).
- Falta de libido.
- Problemas para dormir.
- Falta de energía, desgano, cansancio.
- Reacciones explosivas, violentas y desproporcionadas.
- Abuso de drogas o alcohol.
- Conductas arriesgadas.
Además, es el mismo hombre quien no cree que está frente a un problema. “Ellos piensan que no están enfermos porque lo niegan en un principio. Incluso culturalmente está mal visto y estigmatizado. Entonces, cuando un hombre está con depresión, no solo no lo dice, sino que siente vergüenza y se esconde”, añade la doctora Escorza.
Así, la enfermedad avanza y el hombre se aleja de todos y se aísla. Demoran mucho más en consultar que una mujer, porque sienten que podrán superarla solos.
Por todo lo anterior, la depresión en el hombre suele presentar más gravedad y mayores tasas de suicidio, en especial en las edades extremas, es decir, en los más jóvenes y en los mayores.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando un hombre llega a consultar a un médico, generalmente lo hace motivado por su pareja o tras algún evento peligroso o de auto agresión.
Lo más importante para enfrentar esta enfermedad es hacer un correcto diagnóstico, el que se basa en la revisión de los síntomas y la historia clínica del paciente.
Mientras antes se consulte, mayores serán las posibilidades de tener un tratamiento exitoso, el que generalmente combina por lo menos durante un año fármacos (como antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores del ánimo) y psicoterapia.
“Es muy importante que los pacientes comprendan que tanto el diagnóstico como el tratamiento están basados en evidencia científica. Así, con un tratamiento apropiado, hasta las depresiones más graves pueden mejorar. Pero no se puede suspender el tratamiento, pues existen altas probabilidades de que la depresión regrese”, puntualiza la doctora Escorza.
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