La adolescencia es una etapa entre los 10 y los 19 años, en la cual hay importantes cambios físicos, neurológicos y psicológicos.

“Este periodo de transición entre la pubertad y la adultez no es sencilla. Están atravesando por cambios físicos, hormonales, sociales, entre otros, que pueden ser difíciles de enfrentar. Para muchos adolescentes este proceso puede llevar a problemas de salud mental, tal como la depresión, lo que incluso puede llevar a poner su vida en peligro”, explica la doctora Paz Quinteros, psiquiatra de Clínica Dávila.

La depresión constituye un grave problema de salud pública. En Chile el suicidio, que en un buen porcentaje puede tener relación con este síndrome, es la segunda causa de muerte en jóvenes.

Según datos del departamento de estadística del Ministerio de Salud, en 2018 la depresión en adolescentes aumentó 24,9% desde el 2014.

Es un trastorno que tiene mayor prevalencia femenina, por cada dos mujeres un hombre tiene depresión.

Lo importante es que los papás y mamás sepan cómo identificar los síntomas de la depresión durante la adolescencia, pues los problemas de salud mental se pueden tratar.

“La detección temprana otorgará al adolescente un tratamiento oportuno para poder enfrentar esta enfermedad”, advierte la especialista.

Síntomas de la depresión

La depresión es considerada un síndrome que afecta a varias áreas de la persona, entre las que incluye la falta de ánimo, motivación y capacidad de disfrute. Así como también la cognición, el sueño y/o el apetito.

Existen ciertas señales de alerta para identificar la depresión en los adolescentes, a las cuales los padres deben estar atentos. Estas son:

  • Trastorno de sueño: puede dormir en exceso, dificultad para dormir o insomnio.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Pérdida del apetito.
  • Baja de peso.
  • Irritabilidad.
  • Agresividad.
  • Baja autoestima.
  • Autoagresión.
  • Intentos de suicidios.

La especialista explica que “entre más pequeños son los niños, más difícil es identificar que padecen depresión, porque muchas veces se puede confundir con pataletas, irritabilidad y agresión.”

Los colegios también juegan un papel importante en la detección de los síntomas de los adolescentes que presentan depresión. “En muchos casos aquellos que van a la enfermería de manera reiterada por dolor de cabeza o estómago, puede ser una señal importante o que presentan problemas de conducta por irritabilidad”, aclara la doctora.

Causas de la depresión en adolescentes

La depresión se considera multi causal. Hay factores genéticos que juegan en relación con variables ambientales como el nivel de estrés, cultura en la que se vive, condiciones socioeconómicas, entre otras.

También pueden existir otras enfermedades asociadas a la depresión o incluso como causas específicas. “Se deben realizar exámenes para descartar ciertas patologías que pueden estar ocasionando el síndrome, tal como, por ejemplo, una insuficiencia de la tiroides u otras”, señala la doctora.

¿Cuándo ir al especialista?

En cuanto se presenten algunos de los síntomas y los padres o profesores sospechen de una depresión es importante dejar de lado las aprensiones y acercarse a un especialista, que puede ser un psicólogo o psiquiatra, quienes recomendarán una terapia adecuada.

Tratamientos

En primer lugar, los expertos siempre recomiendan el trabajo preventivo para evitar que los pacientes padezcan estos cuadros, sobre todo si se trata de adolescentes.

Estudios recientes indican que quienes padecieron este síndrome en la adolescencia tuvieron mayor probabilidad de presentar agorafobia (temor irracional a los espacios abiertos) o dependencia a las drogas, en comparación con la aparición de este trastorno en adultos. Además, quienes tuvieron depresión a temprana edad, tuvieron un 50% más de probabilidad de haber intentado suicidarse

Los tratamientos para la depresión en adolescentes van a depender de la gravedad de los síntomas. Los expertos pueden recomendar fármacos acompañados de terapia psicológica individual y familiar.

En el caso del tratamiento psicológico se recomienda una periodicidad de al menos una vez a la semana, para ir incorporando las herramientas de manera progresiva.

“Pero como todo es variable, se verá caso a caso. Lo que no es variable es que su hijo más que nunca necesitará cariño, apoyo incondicional, límites y estructura”, advierte la psiquiatra infantojuvenil.

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