En una nueva versión de Dávila en Vivo, los doctores Cherié Gutiérrez y Smiljan Astudillo, fisiatras de Clínica Dávila especializados en medicina física y rehabilitación, tuvieron la posibilidad de responder las consultas realizadas, a través de Facebook, sobre la fibromialgia.

Según explicó el doctor Smiljan Astudillo, es importante destacar que la fibromialgia sí es una enfermedad. “No es una condición inventada o que solo se basa en un trastorno del área mental. La fibromialgia existe, hay receptores de dolor que están más sensibles y que hacen que el paciente presente mayor molestia”, dijo.

Asimismo, contó que la fibromialgia es una enfermedad difícil de diagnosticar, ya que no existe un examen en particular que permita identificar su presencia. “Inicialmente uno debe escuchar al paciente, ver cuáles son sus síntomas, examinarlo y, posteriormente, hacer una evaluación con exámenes que nos permitan descartar la presencia de otras enfermedades”, aclaró.

La doctora Cherié Gutiérrez, en tanto, agregó que el motivo de consulta suele ser el dolor, el cual puede ser producido por múltiples patologías. “Vemos cuáles son los segmentos que duelen, cómo es ese dolor, si es permanente, si se desencadena frente a ciertas circunstancias, cuánto tiempo de evolución lleva y si se asocia a cierta sintomatología, para ir descartando eventuales patologías, que pueden ser reumatológicas e incluso endocrinas, como el hipotiroidismo, que también podrían producir dolor”. También se deben descartar patologías inflamatorias, musculares o diabetes descompensada, que pueden confundirse con una fibromialgia. Por eso, el abordaje de la enfermedad suele ser integral y su manejo, global.

Entre los factores que se asocian a esta enfermedad, los médicos manifestaron que existe un condicionante hereditario. A esto se sumaría el componente ambiental, con circunstancias estresantes, junto a cargas mecánicas o físicas fuertes.

“Si yo sé que en mi familia alguien ya ha manifestado la enfermedad, yo tengo un poco más de riesgo de presentarla, pero eso no significa que sí o sí la voy a desarrollar, porque está relacionado con factores ambientales, muchas veces un evento puntual, algo que no se pudo manejar, una variable en tu vida que no supiste cómo resolver”, indicaron.

Cómo identificarlo

En relación a los síntomas, señalaron que “es muy relevante la sensación de dolor por más de tres meses, que puede estar difusamente repartida por el cuerpo sin que haya un lugar específico que moleste. Si es algo muy localizado, probablemente no estamos frente a una fibromialgia”, expresaron.

En la medida que va avanzando el tiempo y no haya un tratamiento efectivo o adecuado, este dolor se prolonga y va sumando más sintomatología dolorosa, junto con otras señales como el insomnio, la mala calidad del dormir, fatiga de día, trastorno del ánimo y dolor abdominal, entre otras molestias.

Los profesionales destacaron que muchas veces los pacientes que consultan con fibromialgia han vivido un peregrinar importante entre varias consultas. “Muchas veces han sido vistos por distintos especialistas sin tener un diagnóstico claro o específico y eso genera también algún grado de angustia, de frustración”, puntualizaron.

Pese a lo anterior, reconocen que en el último periodo han percibido una llegada de pacientes mucho más precoces, ya sea derivados por médicos más proactivos y con conciencia de la enfermedad, como también por iniciativa de la misma persona, que cuenta ahora con más información disponible.

Además, aclararon que al igual que la diabetes o hipertensión, la fibromialgia se lleva y controla toda la vida. Sin embargo, eso no significa que se sufrirá dolor por siempre, ya que el tratamiento con fármacos disminuye los cuadros dolorosos y logra un equilibrio para que el paciente pueda retomar sus actividades cotidianas sin dolor.

Si bien el tratamiento es muy específico y varía de paciente a paciente, a medida que el cuadro evoluciona se suele combinar con intervenciones no farmacológicas, que incluyen un cambio de hábitos, evitar el sedentarismo, consumir alimentos saludables y realizar progresivamente actividad física aérobica, moderada y de bajo impacto, como yoga, mindfulness o tai chi. También se recomienda muchas veces la terapia física o fisioterapia, realizada por kinesiólogos, que puede incluir el uso de agua caliente, calor local y estímulos eléctricos que permiten que baje la intensidad del dolor.

“Uno les explica, además, que el tratamiento tampoco actúa de inmediato. Los medicamentos actúan a nivel central, no es que al día siguiente van a despertar mejor, sino que de aquí a tres semanas recién vamos a ver una mejoría en cuanto a los niveles de dolor”, indicó la doctora Gutiérrez.

Apoyo familiar

Los doctores afirmaron que gran parte de sus pacientes se sienten incomprendidos por sus seres queridos, justo en momentos en que necesitan contención y apoyo tras el diagnóstico. “Es vital involucrar a la familia en el proceso, que entiendan por lo que están pasando, que el paciente no se está inventando todo esto”, explicaron, subrayando que el tratamiento no debe incluir solo al paciente, sino que también debe abarcar a la gente que lo rodea, junto a los médicos tratantes y terapeutas, trabajando todos como un grupo.

Finalmente, instaron a los pacientes que sufren cuadros de dolor crónico y de fibromialgia a no perder la esperanza. “Que sepan que sí hay tratamiento, que, si la fibromialgia es bien manejada, se puede volver a una estadía funcional mucho mejor, mejorar la calidad de vida y, en la práctica, volver a realizar las funciones que se hacían previamente”, manifestaron.

Por lo anterior, destacaron la relevancia de consultar a un médico que conozca de fibromialgia que sepa examinarla y diagnosticarla, ya sea directamente en unidades específicas de dolor o derivados por su médico tratante.

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