Dávila en Vivo: Médicos abordaron en Facebook principales dudas sobre las várices

Conocidas especialmente como un problema estético, las várices son una patología que puede afectar a casi la mitad de la población adulta y, si no se trata a tiempo, puede presentar importantes complicaciones. Los doctores Jorge Vergara y Eitan Schwartz, cirujanos vasculares periféricos de Clínica Dávila, participaron en una nueva versión en Facebook de Dávila en Vivo y respondieron las preguntas sobre este tema, enviadas por nuestros pacientes a través de redes sociales.

El doctor Eitan Schwartz comenzó explicando que, junto al componente estético, entre los síntomas que llevan a consultar a los pacientes se encuentra la pesadez de las piernas, sobre todo de la rodilla hacia abajo, que se intensifica en la tarde-noche o después de realizar mucha actividad, en especial en el verano y en los meses más calurosos. “A veces se presenta también una sensación bien característica, como de calor o de piernas muy calientes, a lo que se puede agregar algo de picazón o prurito”, agregó.

En relación a las causas de este problema, el doctor Jorge Vergara indicó que la principal asociación es hereditaria, cuando hay familiares directos que han presentado várices. “Tener una predisposición genética a algo no significa que el 100 % de esas personas van a tener esa condición. Sin embargo, sobre todo para várices, en un antecedente muy importante”, precisaron.  A esto se suman otros elementos que favorecen su aparición, como el sobrepeso, la obesidad y el embarazo, junto a ciertas condiciones cotidianas, como estar mucho tiempo de pie o sentado.

Por tal razón, insistieron en la importancia de tomar medidas preventivas para retrasar su aparición o disminuir sus complicaciones. “Uno no puede cambiar su genética, pero sí hay ciertas cosas que se pueden hacer, como evitar estar grandes periodos de tiempo de pie o sentado sin gran actividad, mantenerse en un buen estado físico, sobre todo controlando el peso, y durante épocas de mayor riesgo de várices, como el embarazo, hay medidas que se pueden tomar para frenar el desarrollo de estas”, puntualizaron.

Diagnóstico y tratamiento de las várices

Sobre los tratamientos recomendados, los doctores recalcaron que “no hay ningún medicamento, ninguna crema que haga desaparecer o eliminar las várices; eso no existe”. Aclararon que sí hay remedios que son efectivos en el alivio de los síntomas como la pesadez, el cansancio o el edema (hinchazón) y los calambres, cuando los pacientes tienen várices pequeñas que no presentan una gran insuficiencia venosa, los que se complementan con el control de factores de riesgo mencionados anteriormente.

También se refirieron al uso de medias de compresión como un elemento útil en el manejo de los síntomas en aquellas personas que no pueden controlar ciertas condiciones de riesgo, pero que siempre debe ser indicado por el médico tratante.

En cambio, cuando ya hay várices en estado más avanzado, el especialista puede indicar la resolución quirúrgica después de un completo estudio y evaluación caso a caso. “La respuesta o solución definitiva para cuando uno ya tiene várices es efectivamente la cirugía, no hay una forma de eliminarlas, todas estas otras medidas sólo son para manejar los síntomas y tener mejor una calidad de vida”, afirmaron.

En general la cirugía se recomienda cuando hay presencia de várices clínicas con un componente que los expertos llaman insuficiencia venosa safena o superficial, que es la alteración de la vena principal que parte desde la ingle, y que se diagnostica a través de la evaluación clínica y exámenes que incluyen la ecografía o eco Doppler.

Los especialistas también destacaron los avances quirúrgicos alcanzados para desmentir ciertos mitos y temores que persisten en los pacientes. “En los últimos 10 años se han desarrollado técnicas que son mucho menos invasivas que las que había antes. La experiencia de operarse, la recuperación, disminución del dolor y la seguridad misma de la cirugía es bastante mejor, el estándar de los resultados ha mejorado mucho” apuntaron. “Uno siempre va a buscar la forma menos invasiva de operar, porque eso implica menor riesgo. La medicina en general va hacia lo menos invasivo, porque mientras menos daño hagamos, mejor, y obtendremos los mismos o mejores resultados”, agregaron.

Si bien gran parte de las consultas por várices tienen una preocupación estética, los especialistas explicaron que, junto con las molestias o síntomas generales, esta enfermedad puede evolucionar a largo plazo hacia complicaciones mayores, las que se buscan evitar justamente con la cirugía.

En términos generales, esta patología puede tener tres grandes complicaciones: la flebitis o trombosis de una vena por la formación de coágulos dentro de estas várices y que puede causar inflamación, dolor y complicaciones mayores; la varicorragia, que es el sangrado de la várice generado por el adelgazamiento que se va produciendo de la piel, y las úlceras varicosas.

Las arañas vasculares, por otro lado, son un tipo de várices más bien de piel, que no tiene repercusión funcional o riesgo evidente más allá de una cuestión estética.

Si bien esta patología parece ser más frecuente en las mujeres, los médicos indicaron que la proporción en los hombres es casi la misma, quizás solo un poco mayor en ellas debido a los embarazos.

“Acá hay un tema estético asociado. Debemos considerar que muchas de las várices, si bien generan síntomas y molestias, también tienen un componente estético que en los hombres pasa bastante más desapercibido. El hombre en general no acude en fases tempranas o no consultan porque asumen que es algo que no es necesario tratar. Así, en muchas ocasiones acuden en edades ya más avanzadas, con patologías mucho más complicadas. Por lo tanto, el tratamiento es más complejo y tiene resultados que no son igual de buenos que al principio”, explicaron.

Finalmente, la recomendación general de los expertos fue no postergar la decisión de la cirugía si el paciente está en condiciones óptimas, porque mientras más avanzada está la enfermedad, más compleja es operarla y con peores condiciones o con un riesgo más elevado. “Esperar a tener la flebitis o la ulcera no tiene mucho sentido”, puntualizaron

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