Es importante que el paciente y su familia conozcan los pasos a seguir y los tratamientos para el cáncer de pulmón. Y es que, recibir el diagnóstico de esta enfermedad no es nada sencillo.

Diagnóstico

Según explica el doctor Pablo Mena, cirujano de tórax de Clínica Dávila, lo primero que se debe hacer tras el diagnóstico de esta enfermedad es repetir el examen físico y completar el estudio de laboratorio para buscar hallazgos específicos que puedan orientar sobre una posible metástasis a distancia.

“Posteriormente, se debe terminar la etapificación del cáncer, que tiene una importancia en el tratamiento, y en el pronóstico del paciente. Usualmente la etapificación debe incluir exámenes como el TAC de tórax, abdomen y pelvis con contraste. Si el paciente presenta síntomas neurológicos, se indica una Resonancia Nuclear Magnética (RNM) de cerebro con gadolinio.

En caso de no haber disponibilidad de RNM, una Tomografía Computarizada (TC) de cerebro puede contribuir”, dice el especialista. Es en estos casos donde el PET-CT puede ser aclaratorio. Para una adecuada etapificación del cáncer de pulmón, en la actualidad se prefiere el uso del PET-TC y RNM Cerebral.

Si existen otros síntomas, se indican también otros exámenes: si hay dolor de huesos, resonancias y radiografías de columna. Es frecuente la obtención de una muestra (biopsia) de tejido tumoral antes del tratamiento definitivo, del tumor primario y/o de alguna metástasis.

Para evaluar la posibilidad de respuesta que el paciente pudiera tener a la inmunoterapia, también se indica un test genético para identificar alguna mutación genética.

“Terminada la etapificación, es posible decirle al paciente cuál es la etapa de su cáncer y cuál es su pronóstico. En general, se usa para ello la estimación de sobrevida a 5 años”, indica el doctor Mena.

Tratamientos por tipo de cáncer

Tras la etapificación, con los datos que revelan el compromiso del paciente y su estado general, capacidad de desenvolverse y de realizar las actividades básicas de la vida diaria, se presenta el caso del paciente a un comité de oncología.

Dicho comité cuenta con los especialistas necesarios para tomar las decisiones acerca del tratamiento más adecuado. Este tratamiento, es siempre personalizado.

“Se decide entonces por qué modalidad de tratamiento partir (cirugía, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia), y cuáles serían los pasos a seguir luego de terminarlo”, señala el especialista.

Generalmente, el cáncer de pulmón se divide en dos grupos histológicos principales: el carcinoma no microcítico de pulmón (CNMP) o de células no pequeñas y el carcinoma microcítico de pulmón (CMP) o carcinoma de células pequeñas.

Cáncer de células no pequeñas o no microcítico (CNMP)

Dado el diagnóstico tardío del cáncer de pulmón en Chile, la mayoría de pacientes inician su tratamiento con quimioterapia.

El tratamiento indicado depende principalmente de la etapa en la que se encuentre el paciente.

La resección quirúrgica (cirugía) ofrece la mejor sobrevida y puede ser curativa en pacientes con cáncer de células no pequeñas resecable.

Debe plantearse siempre y cuando el performance status y la función pulmonar del paciente lo permitan, aclara el doctor Mena.

Los pacientes en etapa I o II deben tratarse con resección quirúrgica completa cuando sea posible.

La quimioterapia adyuvante mejora la sobrevida en etapa patológica II, y pudiera tener un rol en paciente en etapa IB.

Los pacientes en etapa I o II que no son candidatos quirúrgicos o rechazan cirugía pueden ser candidatos a otras terapias locales.

“Se puede indicar radioterapia con técnicas estereotáxicas o convencionales. La ablación por radiofrecuencia y la crioablación también son alternativas”, señala el especialista.

Los pacientes en etapa III patológica –generalmente- inician su tratamiento con quimioterapia  y luego inmunoterapia si no ha habido progresión.

Quienes están en etapa IV se tratan con terapia sistémica o terapia paliativa centrada en los síntomas.

En algunos pacientes seleccionados, para prolongar la vida, se puede indicar quimioterapia, terapia molecular y/o inmunoterapia sin sacrificar la calidad de vida.

La radioterapia puede ayudar a palear síntomas en algunos pacientes.

Otros tratamientos paliativos en etapa IV incluyen tumorectomía en tumores centrales grandes que causan disnea, stents de vía aérea, braquiterapia dirigida, etc.

Cáncer de células pequeñas (CMP)

“La mayoría de pacientes debutan con enfermedad avanzada.

La quimioterapia más radioterapia es usualmente el tratamiento indicado. Las dos terapias combinadas han demostrado prolongar la sobrevida comparado con quimioterapia sola en estos pacientes”, explica el cirujano de tórax.

La cirugía en general no está indicada, salvo en pacientes con nódulo pulmonar solitario sin compromiso ganglionar o metástasis a distancia, en cuyo caso el diagnóstico se hace luego de la resección del nódulo. Para aquellos pacientes que responden al tratamiento inicial, se indica la radioterapia craneal profiláctica, que ha demostrado prolongar su sobrevida.

Inmunoterapia

Aunque no es tan frecuente, en algunos casos también se indica inmunoterapia.

“Los pacientes que tienen alguna mutación genética relacionada al cáncer de pulmón y que tiene un tratamiento molecular específico, tienen indicada la inmunoterapia”, señala el médico de Clínica Dávila.

Hasta ahora existen terapias específicas aprobadas para cinco mutaciones.

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