La tendinitis aquiliana es una lesión del tendón de Aquiles, que se ubica en la parte posterior de la pierna y une los músculos de la pantorrilla (gemelo y sóleo) al hueso calcáneo o talón.
Este cuadro es relativamente común en atletas y deportistas, pero también puede presentarse en personas que no practican ninguna actividad física, incluso en pacientes de mayor edad.
La incidencia de las lesiones tendíneas, en general, ha aumentado sustancialmente durante las últimas décadas. Se estima que representan entre el 30 y el 50% de todas las lesiones que sufren los deportistas.
La tendinitis aquiliana se caracteriza por dolor e inflamación (difusa o localizada) en el tendón de Aquiles y alrededor de éste. También puede presentarse sensibilidad en la región media del tendón, eritema o enrojecimiento, crepitación o crujido, nódulos y calor local.
Si bien sus causas no son completamente claras, se asocia principalmente al sobre uso, exceso de carga o degeneración del tendón por la práctica deportiva. Solo el 2% de todas las patologías del tendón de Aquiles son el resultado de una predisposición por enfermedad sistémica asociada, como la artritis reumatoide.
Para el diagnóstico se incluye el examen físico realizado por el profesional y la indicación de radiografías, ecografías o resonancia magnética.
Tratamiento
En una etapa inicial, se recomienda un manejo conservador de la lesión, que contempla reposo o un cambio en la actividad física e identificar y corregir los factores etiológicos (causas).
También se suelen usar antiinflamatorios y analgésicos al principio del tratamiento para el manejo del dolor, junto a la terapia con frío, calor, masaje, ultrasonido, electroestimulación y láser.
La infiltración de corticoides está en debate, tanto su indicación como el lugar de la infiltración (peri o intratendinosa). Sin embargo, se ha utilizado en los pacientes que han presentado rotura crónica del tendón y, en general, estaría indicado de manera intratendinosa o dentro del tendón en atletas, para optimizar la rehabilitación.
Cuando el paciente no responde a la terapia inicial, se debe pasar a los ejercicios excéntricos de fortalecimiento, que consisten en bajar lentamente un peso luego de elevarlo, y que se deben realizar, aunque se sienta dolor en el tendón o alrededor de él. Si no presentan dolor, la carga se aumenta gradualmente.
La terapia con ondas de choque y la inyección de factores de crecimiento serían una alternativa de tratamiento previo a la cirugía, pese a no existir evidencia sobre su uso.
Manejo quirúrgico de la patología aquiliana
En general, se opta por la cirugía cuando no hay respuesta al tratamiento conservador dentro de tres a seis meses.
Las técnicas utilizadas se pueden dividir en cirugías abiertas o guiadas artroscópicamente, esta última mínimamente invasiva y que se realiza con una cámara e instrumental que se introduce por dos pequeñas incisiones.
En general el tratamiento quirúrgico ha reportado excelentes resultados (75 a 100% de resultados satisfactorios) pero solo en trabajos retrospectivos. Solo se reporta un 11% de complicaciones, de las cuales un 56% corresponde a problemas con la herida operatoria.
Durante el post operatorio, los pacientes se inmovilizan con descarga de la extremidad operada por dos semanas, en posición neutra o flexión plantar, posterior a lo que comienza la carga progresiva, para iniciar la rehabilitación con ejercicios excéntricos a las seis semanas. Se recomienda el retorno a las actividades competitivas a los cinco a seis meses posteriores a la cirugía.
La evolución muestra que un 84% de los pacientes tratados quirúrgicamente retornaron a sus actividades deportivas previas a la lesión tendinosa y el 94% permaneció asintomático o con dolor solo al realizar ejercicios extremos.
Prevención
En general, la forma de prevenir esta afección es manteniendo un peso adecuado, realizar ejercicios de elongación o contracción excéntricos en forma rutinaria, y manejar con su especialista factores extrínsecos (circunstanciales) como pie plano, pie cavo.
El doctor López destaca la capacidad resolutiva de esta lesión en Clínica Dávila: el tratamiento en la clínica Dávila es completo, contamos con todos los exámenes de imágenes disponibles para su diagnóstico; luego, la rehabilitación kinésica es de primer nivel y, si finalmente no mejora, se manejan todas las técnicas quirúrgicas para su rehabilitación y reintegro deportivo.
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