Mujeres jóvenes a las que no les llega la regla en forma regular o que tienen ausencia de reglas. Otras que tienen ciclos de 35 días o más. Mujeres que de pronto presentan acné o aumento del vello corporal. Este tipo de situaciones son las que llevan a consultar con un especialista.

Los anteriores, son algunos de los síntomas que se presentan en mujeres que han desarrollado el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), un trastorno hormonal y metabólico que puede tener graves consecuencias si no se trata a tiempo, ya que es una de las razones de infertilidad femenina.

La doctora Karina Sequeira, gíneco-obstetra de Clínica Dávila y especialista en infertilidad, señala que para diagnosticar este síndrome tienen que estar presentes al menos dos de tres criterios considerados por los especialistas:

 

  1. Aumento en los valores de andrógenos (hormona masculina) en la sangre o exceso de vello y acné.
  2. Alteraciones menstruales.
  3. Ecografía en la que aparezcan más de doce «quistes» por ovario (folículos o sacos pequeños llenos de líquido que dificultan la salida de los ovocitos que luego se convertirán en óvulos maduros).

¿Cómo se trata el Síndrome de Ovario Poliquístico?

“Hay dos caminos para tratar el SOP dependiendo de si las mujeres quieren embarazarse en ese momento o no. Las que no se quieren embarazar requieren ser valoradas para saber si presentan resistencia a la insulina, diabetes, o alteraciones en los lípidos, además de disminuir el hirsutismo (aparición de vello) y el acné. También, hay que disminuir la obesidad porque el exceso de peso puede incrementar los riesgos cardiovasculares con la edad. Adicionalmente requieren una evaluación psicológica y mejorar su calidad de vida porque son más proclives a la depresión. En el otro camino, en aquellas mujeres que desean tener hijos hay desde tratamientos muy sencillos (pastillas) que hacen ovular hasta tratamientos con fertilización in vitro”, explica la gíneco-obstetra.

De no tratarse a tiempo, este síndrome puede tener consecuencias. “Lo principal es que aumente la sintomatología. Por ejemplo, el aumento de vello. Por desgracia, una vez que ya apareció el vello grueso no es posible eliminarlo excepto con procedimientos cosméticos. Además, se incrementan los riesgos metabólicos y cardiovasculares con el tiempo”, señala la doctora Sequeira.

Cuando la mujer es adolescente, es un poco más difícil saber si hay o no Síndrome de Ovario Poliquístico. “La enfermedad en las adolescentes es compleja porque casi todas las mujeres partimos con anormalidades de los ciclos menstruales. Se estima que hasta un 60% de las adolescentes son anovulatorias en el tercer año después de la regla y es considerado normal”, dice la especialista. Además, producto de la misma adolescencia, es esperable la presencia de acné y en la ecografía, los “quistes” también son considerados normales para la edad. “Lo más confiable es la medición de las concentraciones de andrógenos en sangre aumentados. Por este  motivo los criterios deben ser muy bien aplicados en las adolescentes”, insiste la doctora Sequeira.

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