Las pantallas se han vuelto algo muy cotidiano en el diario vivir. Y es que, a medida que nos convertimos en un país más globalizado, va aumentando la “necesidad” de las personas de obtener las últimas tecnologías y de mantener comunicación permanente e inmediata.

Tal es el caso de los jóvenes y adolescentes, quienes desde muy tempranas edades se han visto expuestos al uso y abuso de pantallas. Así lo ejemplifica la doctora Claudia Sagredo, pediatra adolescentóloga de Clínica Dávila, “en este momento de la vida la pantalla está en todos lados, uno puede ver a bebés o incluso lactantes a los que les entregan un celular para que se entretengan mirando distintas imágenes”.

De acuerdo a lo expresado por la especialista, si esta situación no es regulada, puede llevar a un mal uso de las pantallas, lo que en el mediano a largo plazo puede traer consecuencias a los jóvenes, tales como la adicción a videojuegos o «pamtallas», además de los riesgos que éstas conllevan como el gooming (acoso y abuso sexual en contra de niños y adolescentes, a través de internet) y el cyberbullying (ciberacoso).

En ocasiones, los padres no saben cómo manejar esta situación para llevarla de mejor manera y proteger a sus hijos, por lo que la experta entrega una serie de recomendaciones a seguir para evitar que las pantallas se conviertan en un problema en la vida de los jóvenes.

  • Idealmente no establecer contacto entre los niños y las pantallas antes de los dos años.
  • Que la exposición diaria frente a la pantalla sea hasta una hora en menores de cinco a seis años y hasta dos horas en mayores de seis. Es importante que el menor esté en compañía de un adulto cuando esto ocurra y que el contenido conlleve algún tipo de aprendizaje.
  • Respetar los espacios que se han establecido familiarmente como “espacios de no pantalla”. Estos pueden ser el horarios de comidas: desayuno, almuerzo,cena; horarios nocturnos: hábito sueño, horarios de estudio con y sin pantalla. Evaluar importancia en horarios escolares.
  • Es sumamente relevante que los padres también cumplan con los “espacios de no pantalla” acordados con sus hijos, para no enviar un mensaje erróneo a sus hijos.
  • No tener pantallas en los dormitorios. Las pantallas como celulares se sugiere que sean cargados en el dormitorio de los padres.
  • Acompañar a los jóvenes en el proceso de creación y manejo de su identidad digital. Acompañarlos en su proceso de socialización en el mundo digital.

Así, es importante que los padres acompañen a sus hijos desde el momento en que se da acceso a algún tipo de pantalla (cualquiera que éste sea), entendiendo y explicándoles que los padres siempre tendrán acceso a sus aparatos y redes sociales, con el fin de orientarlos respecto a los riesgos y la protección y que, progresivamente irán adquiriendo mayor autonomía en base a sus avances en responsabilidad y conceptos sociales de solidaridad.

De esta forma, los adolescentes entenderán que la autonomía y libertad referente a las pantallas se va ganando paulatinamente. La doctora Sagredo agrega que lo ideal es conversarlo para mantener la confianza con los hijos, lo que implica esclarecer las reglas de la casa desde un principio.

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