Una de las complicaciones de la colelitiasis, más conocida como cálculos biliares o cálculos de la vesícula, es la colangitis aguda.
Según explica el Dr. Ricardo Rossi, cirujano digestivo de Clínica Dávila, cuando un cálculo de la vesícula migra a la vía biliar o colédoco, se constituye una coledocolitiasis. La coledocolitiasis puede obstruir parcial o completamente la vía biliar y así favorecer el desarrollo de un sobrecrecimiento bacteriano en la vía biliar, lo que termina por producir una infección de la bilis, llamada colangitis.
Asimismo, el especialista manifiesta que si bien no existe una cifra de cuántos pacientes con coledocolitiasis pueden llegar a desarrollar una colangitis, sí se sabe que es una complicación que tiene un potencial de ser extremadamente grave, y que es más probable que ocurra en quienes tienen cálculos más pequeños en su vesícula que fácilmente pueden migrar al colédoco.
“Los pacientes que tienen mayor riesgo de desarrollar una coledocolitiasis y posteriormente una colangitis, son pacientes que tienen cálculos pequeños que pueden pasar fácilmente al colédoco a través del conducto cístico, conducto que comunica la vesícula y el colédoco y que normalmente mide unos pocos milimetros”, comenta.
Síntomas de la colangitis
Un paciente debe acudir rápidamente al servicio de urgencias si siente dolor en la zona superior del abdomen, fiebre, y/o comienza a ponerse de color amarillo, condición conocida como ictericia. Esto último ocurre porque al obstruir el conducto, la bilis no puede pasar al intestino, por lo que termina aumentando su carga en la sangre y, por consiguiente, impregna la piel como también otros tejidos.
Cuando el caso es más complejo, podría manifestarse más gravemente con alteración de conciencia y/o shock circulatorio.
Los síntomas y signos clínicos clásicos que orientan al diagnóstico de una colangitis aguda no siempre se presentan en conjunto, por lo que es importante tener una alta sospecha clínica de esta patología, aunque no se reúnan todos los síntomas y signos más tradicionales.
Diagnóstico y tratamiento para la colangitis
En general, cuando se sospecha que el paciente podría tener una colangitis, se realiza al menos una ecotomografía abdominal que permite visualizar cálculos en la vesícula y ver si el colédoco está dilatado por la obstrucción de éste, pero este examen identifica cálculos en el colédoco en menos de la mitad de los casos. La mayor parte de los pacientes requieren de un examen llamado colangioresonancia, que, como su nombre lo indica, consiste en una resonancia que evalúa la vesícula y los conductos de la bilis, tanto los que están dentro del hígado, como los que están fuera de él, que para efectos de esta anomalía sería el colédoco. “Este examen demuestra con hasta un 90 a 95% de certeza si es que existen cálculos en la vía biliar”, confirma el cirujano.
Sin embargo, si la sospecha clínica es alta y el paciente está muy grave para ser sometido a una colangioresonancia o no está disponible este estudio, el paciente será sometido en forma inmediata a una intervención para destapar y drenar la vía biliar infectada.
Los pacientes con colangitis deben ser tratados en una UCI o UTI, dependiendo de su gravedad.
Los dos pilares de tratamiento de la colangitis son: 1) el uso de antibióticos endovenosos para tratar la infección, y 2) el drenaje de la vía biliar.
Conforme a lo declarado por el doctor Rossi de Clínica Dávila, la primera alternativa de tratamiento para drenar el colédoco – y la más utilizada –, es una intervención endoscópica, llamada colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) asociada a una esfinterotomía, un pequeño corte en el duodeno en el lugar donde desemboca la vía biliar. La CPRE con esfinterotomía logra acceder al colédoco y extraer los cálculos que finalmente son eliminados a través del intestino.
La CPRE con esfinterotomía es altamente exitosa en lograr el drenaje de la vía biliar, pero cuando se frustra, no es factible realizar o no está disponible, hay que considerar otras opciones para lograr este objetivo. Entre las alternativas está la cirugía y el drenaje biliar transparietohepático, el cual logra drenar la vía biliar a través de un drenaje que atraviesa la piel y el hígado bajo guía radiológica.
Finalmente, cabe destacar que la mejor forma en que un paciente puede prevenir esta complicación es realizándose una ecografía abdominal. La recomendación del doctor Rossi es realizarla como un estudio preventivo al menos una vez cada tres años, o antes si aparecen síntomas sugerentes de colelitiasis, como son dolor abdominal epigástrico, superior derecho y/o de espalda. De esta forma, se puede detectar precozmente una colelitiasis, tratarla quirúrgicamente con la extirpación de la vesícula biliar, evitando así la posibilidad de la migración de cálculos al colédoco que pueden producir una colangitis aguda.
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