En términos médicos, los tumores digestivos consisten en un crecimiento anormal de células que se forman en alguna parte del tracto digestivo. El tracto digestivo se compone de los siguientes elementos: esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, incluidos recto y ano. Además, se incluyen glándulas como páncreas e hígado. Un tumor digestivo, que requiere cirugía, se puede presentar en uno o más de estos órganos.

Síntomas de los tumores digestivos

Los síntomas asociados a un tumor digestivo van a depender del órgano que se vea afectado. El doctor Cristián Gamboa, jefe del equipo de cirugía general y digestiva de Clínica Dávila, nos cuenta que “muchas enfermedades del tubo digestivo o de la región abdominal tienen ‘síntomas prestados’, es decir, presentan sintomatología que es común a varias enfermedades, por ejemplo, el dolor abdominal, la distensión del abdomen y a veces vómitos o diarrea. Estos pueden ser síntomas que se presentan en varias enfermedades, por lo que es importante consultar al especialista y hacer algunos exámenes complementarios para llegar a un diagnóstico con mayor certeza”.

Frecuentemente los pacientes notan pérdida de apetito, pérdida de peso y muchas personas con cáncer digestivo presentan anemia. En el caso del cáncer de esófago y gástrico podemos agregar, además, síntomas tales como dificultad para tragar, malestar en la boca del estómago, hipo e intolerancia a algunos alimentos.

En etapas más precoces de la enfermedad, que es la etapa ideal donde pesquisarla, el dolor puede no estar presente y los síntomas no son tan evidentes para el paciente, entonces los exámenes complementarios cumplen un rol fundamental.

Diagnóstico de los tumores digestivos

En estos casos, lo primordial para llegar a un diagnóstico certero son los síntomas que presenta el paciente y el examen físico que realiza el médico. Dependiendo de la zona, al realizar el examen físico el especialista puede palpar una masa que corresponde al tumor, y se hace necesario determinar si se trata de elementos malignos o benignos.

Como métodos complementarios de diagnóstico se pueden utilizar la tomografía computarizada (TAC), resonancia magnética y endoscopia digestiva. Por último, el estudio debe ser confirmado por la toma de una biopsia del tejido involucrado.

El tratamiento de los tumores del sistema digestivo alto va a variar según la localización y de la fase en que se encuentre la enfermedad, siendo lo ideal el diagnóstico precoz para obtener mayor probabilidad de curación.

Tratamiento de los tumores digestivos: La cirugía

En caso de que el tumor se encuentre localizado, es decir, que no presente metástasis (diseminación a distancia), la cirugía es el tratamiento fundamental para intentar curar esta enfermedad. Dependiendo del paciente, a veces esta intervención requiere de un tratamiento complementario de quimioterapia y/o radioterapia, con el objetivo de evitar que el tumor vuelva a aparecer.

En algunos tumores que se encuentran ramificados, a veces se puede realizar quimioterapia y/o radioterapia paliativa.

Factores de riesgo de los tumores del tracto digestivo

Los factores de riesgo que favorecen la aparición de tumores en el tracto digestivo van a depender de la localización, sin embargo, los más frecuentes son el tabaquismo y obesidad. Por lo tanto, una dieta saludable y equilibrada rica en frutas y verduras, evitar elementos como el tabaco y las grasas, ayuda a prevenir este tipo de patologías.

Recuperación tras la cirugía de un tumor en el sistema digestivo

El pronóstico y la recuperación posterior al tratamiento va a depender de múltiples factores, como la extensión del tumor, otras enfermedades asociadas que dificultan el tratamiento, compromiso y extensión de órganos vecinos, etc. Existen cirugías sencillas y otras muy complejas, como la gastrectomía total, que es la extirpación total del estómago. En algunos casos seleccionados, también se puede realizar la cirugía por vía mínimamente invasiva.

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