La catarata es una enfermedad degenerativa que consiste en la pérdida progresiva de transparencia en el cristalino, el lente natural del ojo.
Si bien la principal causa de las cataratas es el envejecimiento, también se puede presentar en pacientes más jóvenes, ya que existen otros factores, muchos prevenibles, que inciden en su aparición.
“Existen cataratas que son secundarias a algunas enfermedades sistémicas, en especial a la diabetes”, explica el doctor Alfredo Zuazo, oftalmólogo de Clínica Dávila.
El especialista comenta que se ha encontrado mayor riesgo de tener cataratas, en general en ambos ojos, en personas con diabetes, especialmente en pacientes descompensados durante un tiempo prolongado. También las cataratas podrían avanzar más rápidamente en casos más severos de diabetes.
Por otro lado, existen antecedentes de relación de cataratas en pacientes con Síndrome de Down, dermatitis atópica, distrofia miotónica de Steinert, la neurofibromatosis tipo 27 y algunas enfermedades metabólicas, como el hiperparatiroidismo. Asimismo, el uso de fármacos como los corticoides, enfermedades oculares como la uveítis, el tabaquismo y algunos traumatismos del ojo podrían influir en su aparición.
¿Qué enfermedades podrían complicar la cirugía de cataratas?
Así como hay enfermedades que pueden incidir en su aparición, hay también algunas afecciones que pueden complicar la cirugía de cataratas o facoéresis, por lo que deben controlarse antes de acceder a ese procedimiento quirúrgico.
Entre estas contraindicaciones importantes se encuentra la diabetes descompensada. Una persona con glicemia sobre 160 mg/dl, por ejemplo, podría presentar infecciones post operatorias graves, como la endoftalmitis. Por esta razón, la diabetes debe estar controlada previo a la cirugía.
Tampoco está recomendada la facoéresis en personas hipertensas descompensadas, pues se ha estudiado que el estrés de la cirugía aumenta el riesgo de hipertensión arterial preoperatoria. Por esa razón, el doctor Zuazo indica que se recomienda que el paciente continúe con su tratamiento hasta el momento de la cirugía y que se mantenga una estrecha supervisión entre el oftalmólogo, cardiólogo y anestesista.
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