¿Qué es una Patología neoplásica de tórax en niños?

Dentro de las distintas patologías que se observan a nivel torácico, están las patologías neoplásicas, las que afectan mayoritariamente a niños.

La patología neoplásica torácica (células que se multiplican sin control y que pueden invadir tejidos cercanos) se refiere a todos los cánceres pediátricos que afectan de una forma u otra el tórax. Dentro de las afectaciones torácicas, tenemos aquellas que son primariamente del tórax o aquellas que son patologías de otros órganos.

Entre ellas existen, por ejemplo, el cáncer de riñón en los niños, que puede presentar metástasis o enfermedades secundarias en el tórax. Toda patología neoplásica infantil, vale decir, todos los cánceres pediátricos, son muy complejas. Ello porque el diagnóstico es difícil de realizar, son patologías poco frecuentes y esto determina que existan muy pocas formas de hacer un diagnóstico rápido.

Muchas veces el tratamiento tiene que ser orientado por un equipo multidisciplinario, como el que encontramos en Clínica Dávila. Tiene que haber como mínimo un oncólogo, un pediatra y un cirujano. De esta manera, estos profesionales en conjunto pueden definir cuál es el mejor tratamiento que se va a dar al niño.

Detección precoz de neoplasias de tórax en niños

Una neoplásica de pared torácica se puede presentar en un niño sano que no tiene ninguna patología y que, de repente, la mamá nota un bulto en el tórax. Niños, por ejemplo, de doce a trece años, que sufren de dolor torácico y aumento de volumen en la zona. Estos síntomas requieren que los padres consulten precozmente, porque puede tratarse de un tumor de la pared torácica y en ese caso el tratamiento es bastante complejo.

Primero existe una etapa de diagnóstico, luego una etapa de tratamiento médico -que habitualmente es quimioterapia-, y después de eso, una etapa de cirugía. Esta última fase implica completar la resección de estos tumores, sacándolos completamente y reparando la pared o la deformidad que queda después de resecar el tumor.

Prevención de las neoplasias de tórax en niños

Los tumores pediátricos no son muy prevenibles, es decir, hay muy poco que las familias puedan hacer para evitar que aparezcan. Siempre vale la pena reforzar el concepto de evitar que los niños ingresen al hábito tabáquico. El fumar precozmente puede ser un determinante en cánceres en la época de adulto joven, incluso en la adolescencia. Pero más allá de esto, si bien es un concepto general de salud evitar que los niños comiencen a fumar, lo más importante es estar atento a los síntomas o anomalías que se pueden presentar en nuestros hijos y consultar lo antes posible.

¿Qué signos o síntomas nos indican que un niño presenta una neoplasia de tórax?

Lo padres deben consultar a un médico si notan que su hijo o hija se queja de dolor torácico, está pálido la mayor parte del tiempo, dejan de subir de peso o que bajan abruptamente. Otro indicio es notar tienen cambios anímicos en los hijos: duermen más que antes o les cuesta levantarse. Estos síntomas indican de inmediato que algo les está pasando. Generalmente, los adultos tienden a pensar primero que los niños están con “mañas”. Pero es importante siempre considerar la posibilidad que a los niños les puede estar pasando algo.

A los signos de alarma más frecuentes en las neoplasias de tórax debemos agregar el dolor. Es un dolor que persiste, un dolor que no se pasa. Si esta molestia despierta al niño en la noche, los padres deben consultar a un médico.                                                                

Cualquier dolor que despierte a un niño la noche, es de cuidado. La sensación de falta de aire también es un síntoma de alarma. Un niño que habitualmente es capaz de correr y jugar durante dos horas y que uno después lo ve, que a los primeros 15 minutos de jugar a la pelota está cansado y no puede seguir jugando, es motivo para consultar de inmediato a un especialista.

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