Los cálculos renales (litiasis renal) se forman por el depósito de sales de diversos minerales que al agruparse se transforman en piedras. El 80% de ellos corresponde a depósitos de sales de calcio y pueden variar en tamaño y forma, según el caso particular de cada paciente.
Existen diversas causas para la formación de cálculos. Existen posibilidades tan complejas, como que el paciente tenga alguna enfermedad renal o metabólica; o tan simples, como la baja ingesta de líquido.
A diferencia de lo que generalmente se cree, los cálculos renales que no obstruyen las vías urinarias o que no se asocian a infección, pueden ser totalmente asintomáticos. Sin embargo, cuando el cálculo se mueve y comienza a bajar, producirá obstrucción y el paciente experimentará dolor de gran intensidad, frecuentemente acompañado por náuseas y vómitos. Esto se conoce como cólico renal y ante estos síntomas se recomienda asistir a urgencias.
Existen muchos exámenes para diagnosticar esta condición, entre ellos, la ecografía, la radiografía renal y vesical simple. No obstante, el PieloTac (escáner sin contraste) es el más utilizado por su precisión en la detección, y por no requerir de preparación previa por parte del paciente.
Tratamientos
Según menciona el doctor Alejandro Miranda, urólogo de Clínica Dávila, existe una amplia variedad de tratamientos para abordar esta condición y, la decisión de cuál elegir dependerá de varios factores como el tamaño, posición y densidad del cálculo, presencia de infección, enfermedades previas del paciente, etc.
“Usualmente, cuando el cálculo es de tamaño pequeño (menor de 5 milímetros), sugerimos el uso de tratamiento expulsivo (medicamentos) con el objetivo que el cálculo sea eliminado espontáneamente, sin cirugía de por medio. En cambio, cuando detectamos que la piedra es mayor a 7 milímetros, ofrecemos una alternativa quirúrgica. Hay que tener presente que cada caso es diferente y debe ser evaluado en su contexto y discutido con el paciente, quien será finalmente el que decida qué alternativa tomar”.
Un cálculo renal, no detectado a tiempo, puede provocar problemas graves al paciente, tales como insuficiencia renal, infecciones, etc. Es por este motivo que ante la sospecha de estar padeciendo un cólico renal, debe dirigirse inmediatamente a urgencia.
Existen casos donde los pacientes han confundido un cólico renal con un lumbago y por no realizar la consulta correspondiente, esto ha derivado en daños irreversibles para sus riñones. Hay que recordar que un diagnóstico precoz disminuye los riesgos que atentan contra la salud y permite al médico tratar al paciente de manera oportuna.
Tips de prevención
- Ingerir al menos 2,5 litros de líquido al día.
- Disminuir el consumo de sal.
- Mantener una dieta baja en proteínas de origen animal.
- Ingesta de calcio normal. En la mayoría de los casos la restricción de calcio favorece la formación de cálculos.
- Mantener un peso normal.
Cabe destacar que, puedes agendar tu hora médica para tratar esta patología con los siguientes especialistas: Alex Acuña, Javier Avilés, Cristina Baeza, Pablo Bertelsen, Enrique Bley, David Carvajal, Rodrigo Chacón, Jorge Hiriart, Alejandro Miranda, Manuel Ossa, David Russo, Gonzalo Rubio, Henry Toloza, Cristian Urzúa y Anibal Salazar.
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