Los nódulos tiroideos son bultos que aparecen en la base del cuello, donde se ubica la glándula tiroides. Son bastante frecuentes dentro de la población, en especial en pacientes entre los 40 y 50 años.

Generalmente son benignos y no causan síntomas, por lo que suelen ser hallazgos dentro de una ecografía de cuello, habitualmente solicitados dentro de un chequeo general por el endocrinólogo.

“Cuando ya crecen, pueden ser palpables y producir inflamación de los ganglios y problemas en la voz y para tragar”, explica el doctor Alexander Adauy, cirujano de cabeza y cuello de Clínica Dávila.

Se desconoce por qué se producen, pero se presentan principalmente en mujeres de alrededor de 40 a 50 años y, habitualmente, no afectan el funcionamiento de la glándula.

Tras el hallazgo del nódulo y ante la sospecha de un tumor, la ecografía se complementa con pruebas de la función tiroidea y una punción biopsia bajo ecografía. Este último procedimiento ambulatorio ayuda a determinar si el nódulo es maligno o benigno y si se justifica, entonces, la cirugía.

Tratamiento

La cirugía es poco riesgosa y tras la extracción de los nódulos, se analizan durante la misma intervención para confirmar el diagnóstico. Si resultan cancerosos, suele extraerse toda la glándula, incluyendo los nódulos.

Uno de los riesgos tras este procedimiento es el cambio de voz, que ocurre en 1 de cada 200 a 400 pacientes.

“La cirugía suele ser muy exitosa. Una vez que se opera, el cáncer no regresa, es decir, no hay recaída, en un 95%”, puntualiza el doctor Adauy.

Dependiendo del resultado de la biopsia, puede indicarse la continuación del tratamiento con radioyodoterapia con yodo radioactivo, terapia más efectiva y mucho más rápida y menos agresiva que la quimioterapia.

El doctor Adauy destaca la experiencia de los cirujanos de Clínica Dávila, quienes manejan indicadores de nivel mundial y realizan estas cirugías con gran frecuencia, un factor que reduce al mínimo el riesgo para el paciente.