Tiene 77 años y, hace más de 25, le diagnosticaron esta patología. Clarisa reconoce que no fue fácil asumir su condición, pero que con constancia, hábitos saludables, apoyo médico y nuevas herramientas, como la Telemedicina, es posible manejarla.

Madre de cuatro hijas, Clarisa Mellado se considera una mujer sana. Lleva más de dos décadas conviviendo con diabetes mellitus tipo 2, enfermedad crónica que ha aprendido a aceptar y controlar con el paso de los años.

“No me sentía mal, pero empecé a tener mucha sed y pensé que algo no andaba bien. Así fue como llegué a consultar con el Dr. Solís en Clínica Dávila, quien después de evaluarme y ver el resultado de mis exámenes me dijo que era diabética”.

Según explica el Dr. Iván Solís, jefe de la Unidad de Medicina Interna y médico tratante de Clarisa, la diabetes ha aumentado en forma importante en los últimos 10 años, afectando a una de cada 8 personas adultas en nuestro país, estando muy relacionada con los hábitos de alimentación, la selección de los alimentos y el sedentarismo.  

Clarisa confiesa que al comienzo no le tomó el peso a la enfermedad y le costaba ser rigurosa con el tratamiento y los controles. “El doctor me recetó algunos medicamentos, y me indicó evaluaciones cada 3 meses”, cuenta la paciente.

Sin embargo, el paso del tiempo y una diabetes no bien manejada le pasaron la cuenta. “Hace 10 años empecé a tener dolores de cabeza fuertes, convulsiones e infecciones urinarias producto de mi enfermedad, incluso, hace algún tiempo me amputaron un dedo del pie. Fue ahí cuando empecé a tomarla en serio”, reconoce. 

El doctor explica que esas son algunas de las consecuencias que puede generar la diabetes. “Las personas diabéticas tienen dos veces o más riesgo de presentar un infarto al corazón o un accidente cerebrovascular, además, es la primera causa de pérdida de visión y de ingreso a diálisis en nuestro país, y la primera causa de amputaciones que no sean debidas a un traumatismo”.

Por ello, es muy importante hacer controles periódicos para detectarla a tiempo, especialmente si existen factores de riesgo como obesidad o sobrepeso, historia familiar de diabetes, antecedentes de diabetes durante algún embarazo; y en caso de ser diagnosticada, asistir regularmente a los controles y seguir las indicaciones del equipo de salud en cuanto a dieta, ejercicio, medicamentos y autocontrol.

Por eso, además de seguir todas las instrucciones del especialista, Clarisa asumió un cambio de conducta. “Hay que ser responsable. Ahora me alimento de forma más saludable y llevo un control de mis niveles de azúcar”, afirma. 

A esto se suman controles periódicos con el Dr. Solís, a quien alcanzó a ver de forma presencial en marzo, antes de que el coronavirus llegara a Chile. Fue en este contexto cuando conoció la Telemedicina: una nueva herramienta para comunicarse con su médico a distancia y mantener la diabetes controlada.

“Es un cambio total. Estaba nerviosa antes de la consulta, pero es una muy buena alternativa. Así uno no se contagia ni contagia a los demás”, reconoce. Con respecto al manejo de esta patología, agrega: “No es fácil, pero sí se puede vivir con diabetes. El Dr. Solís es un 7 y me ha ayudado a enfrentar esta enfermedad”.

“Es imprescindible entender que el 80% del éxito en el tratamiento es el autocuidado. La diabetes es perfectamente controlable y se pueden evitar las complicaciones con un adecuado manejo. Por ello, nada mejor que un paciente consciente, empoderado, que conversa las dudas con sus médicos y su equipo, siguiendo las recomendaciones y trabajando en conjunto para mantenerse bien”, finaliza el Dr. Solís. 

Fecha de publicación: 17/11/2020.

 

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