Dormir es clave para el funcionamiento diario de nuestro organismo. Las enfermedades que alteran el sueño son altamente prevalentes afectando hasta al 50% de la población en algún momento de la vida. Solo la apnea obstructiva del sueño puede afectar al 15% de la población, principalmente a hombres sobre 50 años.
Los síntomas de la apnea obstructiva del sueño (SAHOS) pueden diurnos o nocturnos. Durante el día se produce somnolencia excesiva, dolor de cabeza matinal, disminución de la concentración y deterioro intelectual, lo que provoca una baja de rendimiento laboral y alteraciones en el ánimo. En la noche, se observan ronquidos, insomnio, pausas respiratorias, reflujo y sudoración.
Existen factores que se asocian a SAHOS como obesidad, la obstrucción nasal, circunferencia del cuello. El consumo de alcohol aumenta los síntomas.
El diagnóstico se realiza por una historia dirigida de los síntomas, siendo los más importantes las pausas respiratorias nocturnas (apneas), ronquidos y el excesivo sueño durante las actividades diurnas. Para determinar la severidad del síndrome es necesario realizar un examen en el cual de graban las distintas variables del sueño durante una noche. Este examen se denomina polisomnografía e implica dormir una noche en la Clínica con una serie de sensores indoloros, los cuales miden el oxígeno en la sangre, pausas respiratorias, fases del sueño, movimientos, etc.
Una vez realizado el diagnóstico es necesario ver los elementos que pueden mejorarse para el tratamiento, entre los cuales destaca la obesidad, sedentarismo, tabaquismo, tratamiento de otras enfermedades asociadas como la hipertensión, diabetes y dislipidemia.
Algunas de las complicaciones que puede generar el desarrollo de una apnea obstructiva sin tratamiento son:
-Dificultad el manejo de la hipertensión, aumenta la posibilidad de infartos cerebrales o al corazón y desfavorece control de la diabetes.
-Aumenta las posibilidades de padecer latidos irregulares del corazón (arritmias).
-Incrementa las posibilidades de tener un accidente automovilístico o en el trabajo.
-Disminuye el rendimiento laboral y la líbido.
Para los casos graves existe un tratamiento que consiste en un dispositivo que suministra un flujo de aire a presión a través de una mascarilla ubicada sobre la nariz (CPAP). La presión del aire mantiene abierta la faringe durante el sueño.
Información desarrollada por Dra. Eveliyn Benavides, Neuróloga de Clínica Dávila.
Médicos Tratantes:
- Dr. Ludwig Plate
- Dra. Evelyn Benavides