Bernardita Riquelme, paciente de cáncer de pulmón: “La atención humana fue clave para mi recuperación”
A sus 64 años, Bernardita Riquelme enfrentó un diagnóstico que cambiaría su vida: cáncer de pulmón en el lado izquierdo. Lo que comenzó con dolores en el pecho al toser, en octubre del año pasado, la llevó a realizarse un escáner en abril de este año. “El resultado mostró un pulmón muy dañado, pero nunca sentí que el cáncer fuera mi enemigo”, relata.
El cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte oncológica en el país, con cerca de 3.000 fallecimientos anuales según cifras del Ministerio de Salud. Este tipo de cáncer afecta principalmente a fumadores, pero también puede desarrollarse en personas sin antecedentes de tabaquismo. Los tratamientos más comunes incluyen cirugía, quimioterapia, inmunoterapia y radioterapia, dependiendo de la etapa en que se detecte y de las características específicas del paciente. La detección temprana, aunque desafiante por la falta de síntomas iniciales, es clave para mejorar el pronóstico.
Un diagnóstico que marcó un cambio
Para Bernardita, recibir el diagnóstico fue un momento complejo, pero su actitud fue determinante. “La palabra cáncer impacta, pero nunca me dejé vencer por el miedo. Caminaba, hacía cosas para no pensar demasiado”, recuerda. A pesar del diagnóstico, su foco se mantuvo en buscar soluciones. Tras una rápida evaluación, llegó a Clínica Dávila, donde encontró un equipo médico que, según sus palabras, la trató con profesionalismo y humanidad desde el primer momento.
La etapa inicial de su tratamiento consistió en un plan de cuatro sesiones de quimioterapia combinadas con inmunoterapia para reducir el tamaño del tumor. “Nunca tuve efectos secundarios severos, y siempre conté con el apoyo del equipo médico para resolver cualquier duda, incluso en horarios poco convencionales”, comenta sobre su experiencia con la Dra. Melgoza, quien lideró esta etapa de su atención.
La cirugía marcó el punto de inflexión en su recuperación. “Fue una experiencia difícil. Tenía drenajes, botas compresoras y cables conectados por todos lados. Llegué a pensar en desconectar todo por el dolor que sentía”, admite. Sin embargo, el apoyo de su hija, quien estuvo a su lado esa noche, y la guía del equipo médico, fueron fundamentales.
Al día siguiente de la operación, Bernardita recuerda con asombro que el equipo médico le pidió comenzar ejercicios de recuperación. “No lo podía creer, pero entendí que ese era el camino para volver a la normalidad. Cada día de esfuerzo fue clave para estar donde estoy hoy”, reflexiona. A solo cuatro meses del inicio de su tratamiento, Bernardita recibió la noticia más esperada: ya no había rastros de cáncer en su organismo.
El respaldo de un equipo comprometido
El Dr. Jorge Armijo, Jefe de Cirugía de Clínica Dávila, destaca la importancia de un enfoque integral en casos como el de Bernardita. “El cáncer de pulmón es un desafío médico que requiere tanto precisión en los procedimientos quirúrgicos como un apoyo continuo al paciente. En Clínica Dávila trabajamos con tecnología avanzada y un equipo multidisciplinario que permite optimizar los resultados. Además, no podemos subestimar el rol de la contención emocional, que es crucial para la recuperación”, afirma.
El caso de Bernardita, según el Dr. Armijo, ejemplifica cómo un diagnóstico oportuno y un tratamiento integral pueden marcar la diferencia, incluso en patologías complejas.
Hoy, Bernardita se encuentra en remisión, aunque sigue en tratamiento con inmunoterapia y controles periódicos. “Nunca me sentí sola. Desde mi familia hasta el equipo médico, siempre tuve el apoyo que necesitaba”, señala. Su experiencia no solo la marcó personalmente, sino que también la motivó a compartir un mensaje de esperanza para quienes enfrentan diagnósticos similares.
“Que no se sientan enfermos, que agradezcan cada día y que confíen en los médicos. La parte humana del equipo de Clínica Dávila fue clave para mi recuperación, y espero que sigan entregando ese mismo nivel de apoyo a cada paciente”.