Las venas que alcanzamos a ver en nuestras piernas son solo una parte del sistema venoso presente en nuestras extremidades. En un plano más profundo, junto a las arterias, hay otras venas que en algunas ocasiones y, por distintas situaciones, se enferman, generando lo que se conoce como trombosis venosa profunda.
El doctor Humberto Pizarro, cirujano vascular de Clínica Dávila, explica que las venas que están más profundas, acompañando arterias, nervios y músculos, pueden sufrir trombosis, principalmente por el enlentecimiento de la circulación de la sangre, aunque también por otras circunstancias.
Este trombo puede causar dolor e hinchazón en las piernas, principalmente en la pantorrilla, y en los casos más graves, el desprendimiento de estos trombos puede ir a alojarse en el pulmón (tromboembolismo pulmonar), una enfermedad grave que puede causar la muerte.
Las trombosis venosas profundas, por lo general, están asociadas a algunas condiciones de riesgo que pueden ser hereditarias y otras adquiridas. “Las hereditarias, son pacientes que de alguna manera tienen alteraciones en los factores de coagulación o disminución de algunos anticoagulantes naturales que tenemos en nuestra sangre, condicionando que el paciente tenga más tendencia a tener trombosis”, dice el especialista.
Las condiciones secundarias o adquiridas, son las más frecuentes, señala el doctor Pizarro. “Son aquellas que están relacionadas con reposo prolongado, viajes largos, fracturas de piernas, condiciones que generen inmovilidad del paciente. El embarazo también es una condición de riesgo”, señala el doctor.
En todos estos y otros casos, hay una causa secundaria, o factores de riesgo, que llevan a la conformación de una trombosis venosa profunda. Las personas que tienen un cuadro de este tipo, presentarán síntomas como dolor e hinchazón. “El síntoma más frecuente es el dolor, un dolor que habitualmente afecta la pantorrilla, la parte posterior de la pierna, y esa es la razón por la que la mayoría de las personas consulta”, dice el doctor Pizarro.
En todo caso, el especialista advierte que no siempre se presenta el cuadro clínico con todos los síntomas clínicos conocidos, por lo que es necesario estar atentos. “Lo más frecuente es el dolor de pantorrilla que puede estar o no asociado a inflamación. Es un dolor constante, permanente, que es mucho más que la molestia que se puede sentir por las piernas cansadas”, insiste.
Para detectar la presencia de un trombo se utiliza habitualmente un eco doppler venoso. “Es una ecografía con medición de flujo sanguíneo que habitualmente tiene muy buen rendimiento en el diagnóstico de esta enfermedad”, dice el doctor Pizarro. “Este examen está ampliamente disponible en los centros de salud y servicios de urgencia”.
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