La enfermedad de Addison es un trastorno poco común que se presenta en todos los grupos de edad, en ambos sexos y puede ser potencialmente mortal.

El doctor Iván Solís, endocrinólogo de Clínica Dávila, explica que “este trastorno se produce debido a una lesión en las glándulas suprarrenales y, como consecuencia, se genera un déficit de varias hormonas y, entre ellas, el cortisol. Esta es una hormona muy importante, porque tiene que ver con los ritmos del organismo, por ejemplo, el sueño y la vigilia, y también dentro de sus funciones prepara al organismo para defenderse o atacar”.

Asimismo, señala que el cortisol tiene como principales funciones incrementar el nivel de azúcar en la sangre (glicemia), disminuir la actividad del sistema inmunológico y ayudar al metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos. “El cortisol es una hormona de alerta. Se secreta en relación con el ritmo diurno, por lo tanto, varía durante el día, siendo mínima en la noche y aumenta al despertar”, agrega el especialista.

Los síntomas de la enfermedad de Addison se desarrollan lentamente y pueden incluir, aunque sin necesidad de manifestarlos todos: oscurecimiento de la piel (hiperpigmentación); fatiga extrema; presión arterial baja; pérdida de peso y disminución del apetito, y bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia).

En relación a sus causas, el doctor Solís enfatiza que la primera causa de la enfermedad de Addison es “una destrucción autoinmune, es decir, el organismo no reconoce a la glándula suprarrenal como propia, y se generan anticuerpos que destruyen la corteza suprarrenal”.

Sobre el diagnóstico, explica que es complejo, por lo tanto, es fundamental que un especialista realice un historial médico que incluya la exploración física del paciente y exámenes específicos que permitan detectar este trastorno.

Una vez que el paciente es diagnosticado con la enfermedad de Addison, el tratamiento consiste en administrar cortisol oral o intravenoso para evitar una crisis.

Crisis Addisoniana

La crisis Addisoniana es una situación de vida o muerte que requiere un tratamiento de emergencia.

Los síntomas de la crisis son:

– Dolor abdominal intenso.

– Náuseas o vómitos.

– Presión sanguínea anormalmente baja.

– Debilidad o cansancio extremo.

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