Los vicios refractarios son un conjunto de patologías oculares que impiden que los pacientes vean correctamente, y entre las más frecuentes se encuentran el astigmatismo, la miopía, la hipermetropía y la presbicia.

De acuerdo a lo expresado por el doctor Víctor Huaiquilaf, oftalmólogo de Clínica Dávila, el tratamiento para estas patologías va a variar de acuerdo al grado que tenga cada paciente, pero en general, se utilizan: anteojos, lentes de contacto o cirugía.

Respecto a esta última, el experto asegura que existen diferentes técnicas de cirugía, las cuales se dividen en láser y cirugía con lente intraocular.

En general, qué tipo de cirugía es más indicada para cada paciente se analiza caso a caso, puesto que, todo va a depender del tipo de vicio de refracción, del grado que presente la persona, de su edad y de otras características anatómicas del ojo.

Existen dos técnicas para la cirugía refractiva con láser, la cirugía Lasik y PRK. Ambas técnicas consisten básicamente en aplicar un láser en la córnea, con lo que los especialistas pueden modificar la curvatura, mejorando la visión de los pacientes.

A pesar de que no se puede generalizar, los mejores candidatos a cirugía láser son pacientes mayores a 21 años, con una miopía o astigmatismo moderado y que su vicio de refracción se encuentre estable.

Por su parte, la cirugía de lente intraocular, tal como su nombre lo indica, consiste en sacar el cristalino y reemplazarlo por un lente intraocular, que se implanta dentro del ojo, para que el paciente pueda corregir su vicio de refracción.

Son candidatos a cirugía de lente intraocular pacientes que tengan más de 21 años y presenten una alta miopía que ya esté estable, y pacientes mayores de 45 a 50 años con un grado de hipermetropía importante, comenta el experto.

Asimismo, agrega que no existen mayores beneficios entre una técnica quirúrgica y otra, puesto que cada paciente es diferente y hay que analizar caso a caso qué es lo más conveniente.

¿En qué casos se requiere de una cirugía?

El doctor Huaiquilaf comenta que, las cirugías, habitualmente “están indicadas para pacientes que no toleran el uso de anteojos o en aquellos pacientes que el anteojo está provocando un desmedro en su vida diaria, por ejemplo, el paciente que hace deporte, que no tolera el aumento del anteojo o se marea, o  también en caso de que el paciente use lentes de contacto para corregir su vicio de refracción y no tolera el lente de contacto, le produce ojo rojo, lagrimeo, molestias o infecciones a repetición”.

Sin embargo, es sumamente importante evaluar a los pacientes antes de someterlos a cirugía, para analizar si pueden ser candidatos o no. Es por lo anterior que, “a estos pacientes que desean evaluar cirugía refractiva aquí en Clínica Dávila, nosotros les pedimos una serie de exámenes, para ver si califican o no para una cirugía y para ver qué tipo de cirugía es la que más le acomoda a este paciente”, menciona el oftalmólogo.

Dichos exámenes consideran inicialmente una topografía corneal, que es un examen que mapea la córnea del polo anterior del ojo, lo que aporta información muy relevante para ver si se puede operar al paciente y cuál es la mejor técnica, láser o de lente intraocular.

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