Se llama “veganismo” a la práctica que rechaza el uso y consumo de todos los productos y servicios de origen animal. Es un término que comenzó a ser utilizado en la década de los 40, por Donald Watson, un británico fundador de la primera Sociedad Vegana del mundo que murió a los 95 años de edad.
Desde entonces, sus planteamientos y filosofía se repartieron por el mundo y hoy gana cada día más adeptos, también en Chile. Sin embargo, hay que tener presente que llevar una dieta sin carnes, huevos ni leche, puede tener efectos secundarios que dañan la salud.
La doctora Patricia Bustos, nutrióloga infantil de Clínica Dávila, explica que, en el caso de los niños y adolescentes, “la falta de proteínas de origen animal, de hierro que se absorba adecuadamente, de zinc (que está casi exclusivamente en productos cárneos), de vitamina B12 y de calcio puede producir depleción de depósitos de algunos nutrientes que son vitales para el desarrollo del cerebro y del esqueleto, y requerido para el buen funcionamiento de un organismo en crecimiento”.
Algunos nutrientes que se pueden ver afectados son el hierro y algunas vitaminas que viajan en el plasma sanguíneo unidas a proteínas. Esto se puede convertir en “carencia clínica”, dice la especialista, “como anemia, déficit de crecimiento en estatura, raquitismo, entre otros, y eventualmente dejar secuelas”.
Sobre todo en los menores que no comen carne, es necesario suplementar con algunos nutrientes. “Generalmente, se les indica suplemento de hierro, de vitamina B12, de zinc y calcio. Todos ellos acorde a la alimentación que tiene, cuánto tiempo lleva con esta alimentación más restrictiva, la edad que tiene el niño (a), si tiene resultados de exámenes. De todas formas, la sola suplementación no asegura depósitos adecuados de estos nutrientes por lo que estos niños deben mantener control con su médico, consejería nutricional y evaluación periódica con exámenes de laboratorio”, indica la doctora Bustos
Pensando en los padres de niños y adolescentes que quieren ser veganos, la nutrióloga de Clínica Dávila recomienda:
- Posponer la decisión hasta una mayor edad (en que se haya completado el crecimiento y desarrollo).
- Que se informen adecuadamente para así incorporar una amplia variedad de alimentos y preparaciones en su alimentación habitual.
- Mejorar la absorción de algunos nutrientes mezclando adecuadamente los alimentos. Por ejemplo, comer las preparaciones de verduras con jugos cítricos, ya que la vitamina C ayuda a mejorar la absorción del hierro que no proviene de los animales.
- Acudir a control con nutriólogo o nutricionista para evaluar el estado nutricional en forma periódica (dependiendo de la edad).
- Comprender que se trata de un patrón de alimentación restrictivo y que, por lo tanto, exigirá mucha atención, asesoría y aprendizaje de su alimentación, mucho más de lo que requiere una dieta omnívora.
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