La artroscopia de la muñeca es un procedimiento quirúrgico donde el médico puede trabajar dentro de la articulación sin tener que abrir el área.  Consiste en realizar dos pequeños orificios donde por uno, se ingresa una cámara de televisor con una óptica de apenas 2.7 milímetros y, por el otro, el instrumento que se utilizará para llevar a cabo la operación. Es una intervención muy versátil pues sirve para reconstruir muchas estructuras rotas o quebradas (ya sea hueso o ligamentos), que fueron previamente observadas a través de radiografías, scanner o resonancia.

Entre las patologías que se pueden corregir a través de este procedimiento, se encuentran:

  • Fracturas de muñeca.
  • Lesiones en el fibrocartílago triangular (ligamento que une el radio con el cúbito).
  • Quistes sinoviales.
  • Lesiones en los huesos que parten de la muñeca.
  • Artrosis de la muñeca.
  • Otros.

Debido a su alta complejidad, y a la aplicación de tecnología sofisticada, es una operación que debe ser ejecutada por un médico especialista que, a su vez, debe ser asistido por un equipo multidisciplinario entrenado para este procedimiento específico (anestesista, auxiliar de rayos, arsenalero quirúrgico, etc.).

“La artroscopía de muñeca se viene realizando en nuestra clínica desde hace diez años y, de manera rutinaria, hace cinco. Contamos con toda la experiencia necesaria para brindar un resultado exitoso a nuestros pacientes”, confirma el doctor José Luis Cifras, traumatólogo y especialista en cirugía de mano y muñeca de la Clínica Dávila.

Además de su precisión, es una intervención con menos riesgos, pues se aplica anestesia local en el brazo y es ambulatoria. También es una cirugía más estética ya que, para cicatrizar, solamente quedan dos orificios en comparación a una herida mayor.

Otro de sus beneficios es que, al ser menos invasiva, la recuperación es más rápida, lo que permite al paciente recuperar la movilidad más rápido; y requiere la misma preparación de cualquier cirugía.

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