En los controles pediátricos periódicos, los padres frecuentemente consultan porque el niño camina con un pie para adentro, en puntas de pie o algo en la marcha llama su atención. El traumatólogo infantil de Clínica Dávila, Hugo Vásquez, es uno de los pocos especialistas en Chile en Artroscopia Pediátrica y Lesiones Deportivas, y aclara éstas y otras interrogantes que surgen durante el crecimiento de los niños. “Existen dentro de la marcha de los pacientes infantiles ciertos hitos de desarrollo. Por ejemplo, una guagua hasta el año y medio más o menos, tiende a tener las rodillas separadas, como un cowboy. Esto es fisiológico, es parte del crecimiento”. El especialista explica que, los niños entre el año y medio y los dos años tienen las rodillas separadas y después de los dos años hasta los tres años las rodillas se juntan. Esto se debe a que, durante el desarrollo, el niño debe ir adaptándose a un patrón angular y a un patrón rotacional que cambia durante el crecimiento, y es normal que los padres noten que en ocasiones el niño se muestra más torpe y cae con más frecuencia. Ello es normal y no debe preocuparnos.

Desarrollo de la marcha en los niños

El doctor Vásquez enfatiza: “el eje corporal se normaliza a medida que los niños van creciendo. Los huesos de los niños poseen un cartílago de crecimiento, que les permite ir cambiando su estructura corporal durante las distintas etapas. Los huesos y articulaciones pueden extenderse, rotar y cambiar. Entre los ocho y diez años, el eje definitivo de la marcha se define”.

Durante el desarrollo, el niño debe ir adaptándose a un patrón angular (rodillas separadas, tobillos juntos) y a un patrón rotacional (rodillas juntas, “piernas de Papelucho”) que cambia durante el crecimiento. Esto es normal y no debe preocuparnos. Dentro de ese rango de evolución de su caminar, existen ciertas patologías que, al observar la forma de caminar de nuestros hijos, se pueden descubrir. Éstas pueden ser enfermedades neurológicas, alteraciones del pie, malformaciones congénitas, etc.

Patologías asociadas a inestabilidad en la marcha

En su experiencia en Traumatología Pediátrica, el doctor Vásquez indica: “En Clínica Dávila evaluamos y descartamos una serie de patologías de un amplio rango de diagnóstico para determinar efectivamente lo que puede estar sucediendo, a veces no es tan sencillo. La mayor parte del tiempo, suelen ser afecciones benignas, lo más común es diagnosticar pie plano, que es la patología por la que más consultan los padres. Otra consulta común suele ser un niño que arrastra un poco más una pierna, por ejemplo, la derecha. Más que una cojera, nosotros lo denominamos claudicación. O poco a poco los papás notan que durante el crecimiento su hijo toma las cosas mucho más con la mano izquierda y menos con la derecha. Puede ser que el niño tenga una hemiparesia (alteración neurológica donde la mitad del cuerpo tiene un déficit motor muy leve) que no fue diagnosticada tempranamente, y ese déficit de fuerza y/o dolor son mínimos”. La Hemiparesia es un trastorno de la marcha de origen neurológico.

Cómo reconocer una alteración de la marcha que requiere revisión médica

Sin ánimo de alarmar, el facultativo señala que “todos los pacientes puedan tener una alteración neurológica, todos los pacientes puedan tener una extremidad más cortita. Si notan una diferencia que a su juicio puede ser importante, una marcha que se ve alterada o que genere dolor, consulten con nosotros, traumatólogos especialistas, que tenemos las capacidades de evaluar y si aplica, poder tratar a tiempo”.

“Una marcha alterada en un niño de dos años puede ser que, al caminar, los padres noten que una pierna de su hijo va hacia adentro o va hacia afuera. Un ejemplo en una guagua sería que nazca con las rodillas juntas, cuando lo normal sea que tenga sus rodillas separadas y pies hacia adentro. Los niños comienzan a caminar entre el año y año dos meses. En Chile, por ejemplo, hacemos muchas evaluaciones de niños que no caminan o que los papás están preocupados porque ven una marcha alterada a los 9 meses, 7 meses, o cuando llevan un mes caminando. Insisto, siempre es bueno consultar y evaluar, pero la mayoría de estas variaciones son normales. Más que alteraciones, es parte del proceso normal de desarrollo”, finaliza el especialista.

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