La infección urinaria es la contaminación bacteriana del tracto urinario inferior que causa cistitis o inflamación de la vejiga. Esta inflamación es la que produce dolor y la necesidad urgente y frecuente de orinar, entre otros síntomas.
Pese a ser muy común, existe una serie de mitos y datos que suelen confundir a gran parte de la población.
La doctora Lorena Flores, nefróloga de Clínica Dávila, aclara a continuación varios puntos que te pueden servir de gran ayuda:
- La infección urinaria no es contagiosa: No es efectivo que puede adquirirse en baños y piscinas públicas o que se trasmita sexualmente, aunque sí se recomienda orinar después de tener relaciones para limpiar el tracto de gérmenes.
- No siempre se vuelve recurrente: Si se toman las precauciones y cuidados recomendados, es posible que no vuelva a repetirse.
- Se puede sufrir en cualquier época del año: Comúnmente asociada con el invierno y el frío, esta enfermedad también puede afectarnos en verano, cuando el uso de ropa mojada y humedad de los trajes de baño pueden favorecer la propagación de bacterias.
- También afecta a los hombres: Si bien lo sufren más las mujeres, ya que su uretra más corta facilita el acceso a los microorganismos, ante la presencia de molestias los hombres también deben consultar, ya que puede deberse a factores anatómicos, como alguna obstrucción o problemas a la próstata.
- La cistitis aguda es frecuente en el embarazo y después de la menopausia: Los cambios hormonales característicos de estas etapas de la vida de una mujer modifican el PH de la zona genital y favorecen la adherencia de los gérmenes en la pared vesical.
- En los niños pequeños, orinarse accidentalmente durante el día puede ser una señal de infección urinaria. También puede presentarse fiebre, vómito o pérdida de apetito.
- No siempre presenta dolor: En algunas personas, la infección urinaria puede no tener síntomas muy notorios, por lo que es necesario acudir al médico ante cualquier cambio en la orina o modificación en la frecuencia o molestias al orinar.
- Si no se trata correctamente, la infección puede complicarse y llegar a dañar los riñones, produciendo una pielonefritis, que se caracteriza por dolor lumbar, fiebre y decaimiento general. Puede requerir hospitalización. Por eso es necesario acudir al especialista ante cualquier síntoma de este cuadro.
- Si bien se recomienda mantener limpia la zona genital, se debe evitar el uso de desodorantes, jabones u otros productos que pueden irritar y afectar la vejiga y la uretra y disminuir los mecanismos naturales de defensa que poseen. Solo debe usarse agua. Tampoco se recomienda el uso prolongado de protectores diarios o tampones.
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