Generalmente cuando se habla de un cambio de hábitos tendemos a relacionarlo inmediatamente con un cambio de hábito alimenticio, sin embargo, es importante considerar que los cambios de hábitos alimenticios deben ir acompañados de cambios a nivel general que llevarán a una vida más saludable, es decir, actividad física, dormir mejor, etc. Es por lo anterior que, Elizabeth Sagaceta, nutricionista de Clínica Dávila, entrega algunas recomendaciones para comenzar a los hábitos alimenticios.
1.- Tranquilidad: Todo a su tiempo. Es importante darse el tiempo de adquirir los hábitos, no se debe pretender aprender o cambiar las actitudes que tenemos hace años, de la noche a la mañana, así que es recomendable hacer cambios pequeños pero mantenidos durante el tiempo para que el cuerpo se acostumbre de a poco y no genere estrés por algún cambio tan brusco. Y no te estreses, si algún día te sales, no importa, mañana es un nuevo día para hacer las cosas bien.
2.- Comer menos cantidad, pero más veces al día: Hacer 4 comidas en el día y 1 o 2 colaciones entre comidas, te permitirá disminuir calorías por tiempo de comida sin sacrificar el hambre y sin ansiedad.
3.- Hidratarse: Mucha gente relaciona la sensación de sed con comer y a veces solo necesitábamos un vaso de agua. Así que para evitar confusiones es necesario mantenerse bien hidratado. Para esto toma agua o jugos de fruta sin azúcar, pero evita las bebidas y/o jugos envasados.
4.- Comer carbohidratos integrales: Pobres carbohidratos odiados. No los dejes, porque si no están en tu dieta la ansiedad te acatará en el día. Es necesario cambiar aquellos carbohidratos simples como harinas blancas o azucarados, por carbohidratos integrales como granos enteros de avena (avena integral), pan integral, y arroz, semillas o fideos integrales, para acompañamiento de almuerzo.
5.- Comer grasas saludables: Las grasas saludables deben estar presente en la alimentación ya que son sabrosas y generan saciedad, así que agregar alimentos como palta, frutos secos, aceitunas y aceite de oliva, a tu dieta es muy beneficioso. Ojo con la cantidad eso sí, ya que son alimentos más calóricos.
6.- Eliminar azúcar: Es lo que más cuesta, eliminar aquellos alimentos que contienen azúcar (pastelería, chocolates, dulces, bebidas, etc.), pero en este punto hay que tener un poco de voluntad. Comienza por ponerte días en que te permitas comerlos, obviamente no en exceso. Pero, por ejemplo. 1 vez por semana. Luego cuando ya nos acostumbremos, los dejamos para 2 veces al mes y así.
7.- Come comida de verdad: Evitar los alimentos procesados es clave. Para esto es necesario cocinar y planificarse para siempre tener a mano la alimentación que necesites en el día. Independientemente de cómo lo hagas, es necesario evitar y eliminar de tu vida los alimentos ultra procesados, la verdad es que no alimentan lo necesario, no generan saciedad y la cantidad de calorías que tienen algunos de ellos es muy altos. Y si no tienen muchas calorías, no tienen nutrientes que nos aporten algo más.
8.- Consultar a un profesional: Siempre es más fácil realizar cambios de hábitos si tienes alguna buena guía para ello, así que es recomendable acudir a profesionales que te puedan ayudar. Acude a un nutricionista para que te apoye con una pauta que te permita realizar los cambios adecuados.
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